Unos abogados poco recomendables
La chirigota gaditana Los que pierden el juicio ha interpretado su
presentación con un ritmo clásico, para continuar con un pasodoble
igualmente de presentación, cantado con buen gusto pero un poco falto
de afinación en algunos compases. Muy bonita la música de la segunda
parte del pasodoble, lo que el público, que la ha recibido con un poco
de frialdad, ha premiado con aplausos En el segundo, dedicado a la figura de los jueces, a los que niega la tradicional superioridad que se les ha presupuesto, pide un juez “que su dictamen nunca se decante por un precio y que nunca se venda por dinero”. Letra comprometida de chirigota clásica.
A continuación, el primer cuplé, dedicado a un bar de ambiente y que no ha estado demasiado afortunado, aunque el estribillo es pegadizo. El segundo cuplé, continúa con la temática del primero, el bar de ambiente, y tampoco brilla demasiado, aunque en esta ocasión, el público acompaña con palmas el estribillo.
En el popurrit, bien cantado y muy metido en el tipo, pero falto de gracia, cuentan su historia desde que decidió estudiar derecho, y el resultado desastroso de sus primeros casos, para seguir narrando sus peripecias judiciales, todas con resultado siniestro.
Suena más o menos bien esta agrupación, pero en su contra hay que decir que es una chirigota, cuyo principal objetivo es, o debería ser hacer reír, y que en este punto flaquea mucho, porque no han conseguido arrancar prácticamente ninguna carcajada del público, que la ha despedido con cierta frialdad.
presentación con un ritmo clásico, para continuar con un pasodoble
igualmente de presentación, cantado con buen gusto pero un poco falto
de afinación en algunos compases. Muy bonita la música de la segunda
parte del pasodoble, lo que el público, que la ha recibido con un poco
de frialdad, ha premiado con aplausos En el segundo, dedicado a la figura de los jueces, a los que niega la tradicional superioridad que se les ha presupuesto, pide un juez “que su dictamen nunca se decante por un precio y que nunca se venda por dinero”. Letra comprometida de chirigota clásica.
A continuación, el primer cuplé, dedicado a un bar de ambiente y que no ha estado demasiado afortunado, aunque el estribillo es pegadizo. El segundo cuplé, continúa con la temática del primero, el bar de ambiente, y tampoco brilla demasiado, aunque en esta ocasión, el público acompaña con palmas el estribillo.
En el popurrit, bien cantado y muy metido en el tipo, pero falto de gracia, cuentan su historia desde que decidió estudiar derecho, y el resultado desastroso de sus primeros casos, para seguir narrando sus peripecias judiciales, todas con resultado siniestro.
Suena más o menos bien esta agrupación, pero en su contra hay que decir que es una chirigota, cuyo principal objetivo es, o debería ser hacer reír, y que en este punto flaquea mucho, porque no han conseguido arrancar prácticamente ninguna carcajada del público, que la ha despedido con cierta frialdad.