Pero yo… me voy con ustedes
Con un estilo inconfundible, marca de la casa, la chirigota del Selu,
To pa ella, ha completado un primer pase de semifinales en el que han
ido de menos a más, aunque sin terminar de llegar a lo que se esperaba
de ellos.
Surrealista puesta en escena, como siempre, muy aplaudida y esperada en el Teatro, ya que es uno de sus principales activos. Sea mejor o peor la agrupación, siempre consiguen conectar con un público que celebra sus bromas y ríe sus disparatadas actuaciones.
Fina ironía en el primer pasodoble para tratar el problema de los divorcios y la situación económica en la que quedan algunos hombres, llevado, como no, al extremo de tener que ir con un calcetín como corbata y una alargadera de cinturón.
En el segundo, bastante mejor, una reivindicación de un convenio laboral para los patos del Parque “que ya no aguantaban más y se han declarado en huelga”.
Buen humor e ingenio en los cuplés, sobre todo con un estribillo que el Falla ha coreado junto a los chirigoteros. El popurrit ha vuelto a gustar, hasta el punto de que el público los ha despedido al grito de chirigota, chirigota.
Sin duda, es una de las chirigotas con más personalidad del Carnaval y lo siguen demostrando año tras año.
To pa ella, ha completado un primer pase de semifinales en el que han
ido de menos a más, aunque sin terminar de llegar a lo que se esperaba
de ellos.
Surrealista puesta en escena, como siempre, muy aplaudida y esperada en el Teatro, ya que es uno de sus principales activos. Sea mejor o peor la agrupación, siempre consiguen conectar con un público que celebra sus bromas y ríe sus disparatadas actuaciones.
Fina ironía en el primer pasodoble para tratar el problema de los divorcios y la situación económica en la que quedan algunos hombres, llevado, como no, al extremo de tener que ir con un calcetín como corbata y una alargadera de cinturón.
En el segundo, bastante mejor, una reivindicación de un convenio laboral para los patos del Parque “que ya no aguantaban más y se han declarado en huelga”.
Buen humor e ingenio en los cuplés, sobre todo con un estribillo que el Falla ha coreado junto a los chirigoteros. El popurrit ha vuelto a gustar, hasta el punto de que el público los ha despedido al grito de chirigota, chirigota.
Sin duda, es una de las chirigotas con más personalidad del Carnaval y lo siguen demostrando año tras año.