Jamás jamé jamón jabibi 5 jota pone la nota exótica de la noche
Buena chirigota llegada de Trebujena que ha sabido aprovechar
estupendamente el tirón y el ánimo que había provocado el anterior
cuarteto durante su representación. Vestidos de árabes que nunca han
“jamao el jamón”, han agradado a un público que se ha mostrado
agradecido. Música y ritmo muy gaditanos y con sabor de chirigota clásica, tipo muy chirigotero y con la novedad de la inclusión de una demostración de la sugerente danza del vientre realizada por tres figurantes.
Desde la presentación se veía venir que este grupo iba en serio. Muy metidos en su papel, todo el repertorio gira en torno a su condición de árabes que no pueden probar la carne. Pasodobles muy bien construidos y cuplés aceptables, con estribillo que el público ha cantado tímidamente durante el transcurso de la segunda letra. Y el popurrit, con el sabor añejo que recuerda a las chirigotas del Noly, con cuartetas habladas y escenificaciones constantes.
Aunque sin duda, la danza del vientre, interpretada por tres figurantes femeninas, ha puesto el punto de exotismo, no ya en su actuación, sino en la noche.
El único pero podría ponerse en un cierto abuso de las bromas sobre las “partes bajas”, que acaba resultando un poco chabacano y no está en la línea del resto de las letras de este buen grupo.
Son de Trebujena, pero podían ser perfectamente de la calle de la Palma, y han dejado un excelente sabor de boca en un público que ahora está más animado.
estupendamente el tirón y el ánimo que había provocado el anterior
cuarteto durante su representación. Vestidos de árabes que nunca han
“jamao el jamón”, han agradado a un público que se ha mostrado
agradecido. Música y ritmo muy gaditanos y con sabor de chirigota clásica, tipo muy chirigotero y con la novedad de la inclusión de una demostración de la sugerente danza del vientre realizada por tres figurantes.
Desde la presentación se veía venir que este grupo iba en serio. Muy metidos en su papel, todo el repertorio gira en torno a su condición de árabes que no pueden probar la carne. Pasodobles muy bien construidos y cuplés aceptables, con estribillo que el público ha cantado tímidamente durante el transcurso de la segunda letra. Y el popurrit, con el sabor añejo que recuerda a las chirigotas del Noly, con cuartetas habladas y escenificaciones constantes.
Aunque sin duda, la danza del vientre, interpretada por tres figurantes femeninas, ha puesto el punto de exotismo, no ya en su actuación, sino en la noche.
El único pero podría ponerse en un cierto abuso de las bromas sobre las “partes bajas”, que acaba resultando un poco chabacano y no está en la línea del resto de las letras de este buen grupo.
Son de Trebujena, pero podían ser perfectamente de la calle de la Palma, y han dejado un excelente sabor de boca en un público que ahora está más animado.