Un estudiante reciclado que se transforma en Pepi de noche

 

La experiencia es un grado, pero nunca salvoconducto. Antonio Marchena sa-be que la vida es una carrera de fondo y ni en el trabajo ni en el Carnaval se abren las puertas del éxito por arte de magia. Después de muchos años atendiendo al público en su puesto del Mercado Central, Antonio ha decidido dar un giro radical a su vida. «Mi padre siempre me decía: niño estudia. Yo tenía esa espinita clavada y hace un par de años vi que era el momento».

Lo cuenta rodeado de jóvenes estudiantes de Magisterio, sus compañeros en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Cádiz. A Marchena se le nota cuando habla que está encantado con esta nueva etapa. «De repente me encuentro en un contexto en el que no hablo de fútbol ni Carnaval, sino de temas académicos, y esto me estimula mucho. Estoy feliz, aprendiendo cosas nuevas, y ahora mismo eso es algo muy importante para mí», dice. Eso sí, reconoce que también siente nostalgia de sus años en la Plaza. «Yo le tengo mucho cariño a todos los años que estado en el puesto y tengo muy buenos amigos entre los que han sido mis compañeros de tanto tiempo».

En lo que no cambia, ni lo tiene previsto, es en la fidelidad a su chirigota. Ya son veinte años de éxitos encadenados de la mano de Selu García Cossío. Este Carnaval se mete en la piel de la señora de la limpieza de ‘Viva la Pepi’. «A nosotros la idea nos gusta mucho, pero el público es el que tiene la última palabra», comenta.

El primer trago pasó anoche, pero las últimas semanas de ensayos han sido duras. Más aún para él, que tiene que compaginar su tiempo con los exámenes de febrero. «De momento lo he podido llevar bien porque no me ha coincidido ningún examen, pero con las semifinales casi seguro que me caerá alguno», dice.

No es fácil llevar al día los estudios de una carrera universitaria y los compromisos carnavalescos «pero peor era cuando estaba en la plaza, que llegaba de actuar de los contratos y me tenía que ir directamente para la lonja». No obstante, el apoyo del público y el hecho de compartir su tiempo con «su pandilla» de toda la vida es la mejor medicina para los momentos de cansancio.