La distancia reglamentaria entre el silbato y el pito de caña
Debería ser un hombre familiarizado con la tensión, habituado a la exigencia del entorno. Es árbitro desde hace más de dos décadas y ahora dirige junto a sus compañeros de trío (cuarteto si se suma al asistente), partidos en Segunda División B. El último, un Sevilla Atlético-Betis B, nada menos, un miniderbi al que acudieron más de 6.000 espectadores escasamente dispuestos a disculpar errores de nadie.
Aun así, Julio Álvarez García, que trabaja en Puerto y Bahía, una empresa de suministros navales, asegura que los nervios ante el estreno con su chirigota en el Falla son mucho peores que los vividos antes de cualquier encuentro de fútbol que tenga que controlar: «Son dos cosas que no se pueden comparar, distintas, pero cuando llego a un partido voy tranquilo, a hacerlo lo mejor posible, no lo pienso ni le doy tantas vueltas antes. Sin embargo, cuando voy a cantar en el Falla me pongo fatal. Llevo en esto del Carnaval desde los cinco años y no se me pasan los nervios, aquí, en el estómago». Anoche, debutaba en el Concurso de 2012 con su grupo, la chirigota de Kike Remolino, ‘Los protagonistas’. Admite que es un conjunto afortunado «porque empezamos hace sólo cinco años y siempre hemos estado ahí arriba, con primeros premios o en la Final o rozándola. Además, desde el pasado año, con ‘Los Juaquín Pamplina’, notamos que somos el grupo que queríamos ser». De hecho, utiliza el año pasado para dejar claro lo que espera de este Carnaval: «Con pasármelo la mitad de bien que en 2011, ya sería feliz».
La propuesta de este año es tan espectacular y arriesgada como suele. Interpretan un casting en el que los aspirantes, los chirigoteros, encarnan el papel que les pide el director desde la misteriosa concha situada en el escenario. Eso, les permitirá transformarse, con un par de pequeños toques, de cualquier personaje que precisen, el que pida la letra o se tercie. «Siempre llevamos algo… El año de ‘Los parapapá’ nos pusieron ‘Los parafernalia’ porque siempre estamos con algo de eso, el año pasado con guitarra y taburete, con un homenaje a cada cantautor en el inicio del pasodoble. Siempre estamos con cosas de esas», comenta con sentido del humor. Lo que resulta indiscutible es que «esas cosas» gustan. Un lustro de éxitos lo confirma.