El nombre de Santander conserva plaza en el Gran Teatro Falla

Santander tiene muchos vínculos con Cádiz y alguno con el Carnaval. Pero el que se menciona siempre sin ironía y con cariño es un apellido, el de un chirigotero que anuncia saga. Manuel Santander Cahué, célebre viñista convencido, no sale este año después de varios lustros como referente en la modalidad y de legar uno de los himnos más cantados.

Pero la historia no termina. Su hijo, Manuel Santander Grosso, toma el relevo junto con su hermana, corista. Manolo (junior) tiene sólo 19 años. Cerró Bachillerato con solvencia y ya está con estudios de Electrónica. Pero con su otra cara, la del Carnaval, le ha permitido ya a probar las cuatro modalidades entre juveniles y mayores. Debutó en categoría de adultos a los 15 años y ya le ha tocado defender un primer premio.

Lo hizo anoche, con ‘Mejor no salgo’, vulgo: la chirigota del Canijo. Asegura que con su padre habla de Carnaval «sólo durante Carnaval, el resto del año, de otras mil cosas» pero admite que la pasión «se lleva en la sangre. Me gusta desde chico. En casa siempre hubo alguien ensayando, cantando». Guitarra prometedor y ‘martinista’ declarado asegura que de la fiesta le gusta todo: «Muero con el Falla y con la calle. Es indescriptible que la gente te siga cuando vas a cantar en una esquina o que los niños quieran escucharte. También me gusta competir. Más aún con un grupo conocido… Es un caramelo».

Reconoce que su faceta carnavalesca le quita algo de tiempo a la real y la importante, la de estudiante: «Como mínimo, quita horas de sueño y el que lo niegue, miente». Sobre todo este año, que viene de cumplir con una tira de contratos con ‘Ricas y maduras’: «Siempre es complicado el año siguiente a un pelotazo así. Hemos actuado todos los fines de semana sin pausa. Tuvimos que echar el freno en septiembre o no arrancábamos a preparar la nueva chirigota. En cenas de empresa de Navidad, por ejemplo, hemos rechazado más de 15 contratos».

Admite que le tira la comparsa pero ahora no se ve fuera de su chirigota: «Es un grupo de amigos desde hace nueve años y la convivencia es fantástica. Lo pasamos bien, no paramos de reirnos y hasta los viajes son agradables. He descubierto con ellos los campeonatos de PlayStation en el autobús».
¿A qué juegan?: «Al Pro Evolution Soccer, por supuesto. Hay otros dos que pueden ser los mejores, pero yo estoy ahí, ahí».