La puchericienta
Si Jolivú fue el gran escenario del cine a finales del siglo XX y después se empezó a hacer famoso Bolivú, que era lo mismo, pero en plan indio de los de la india, no cabe duda de que la ciudad de cine del siglo XXI es Cadivú, que es Cádiz en Cinexin. Tenemos todo lo necesario, rubias platino…de infarto, galanes crúos como el Cruis a los que se le escapan los toros en la calle Ancha, grandes directores como Julio Pardo, guionistas de ensueño como el Selu, gente capaz de hacer un escenario en el que la caballa se hace ella misma la piriñaca en directo como Antonio Quintana y dobladores…grandes dobladores, aunque aquí más que dobladores lo que tenemos son los dobladillos que preparaba El Terraza de la Catedral con caballa, mayonesa y pimiento morrón.
Ahora parece que tendremos hasta un paseo de la fama en torno al teatro Falla y ya se rumorea que Onda Poca Vergüenza Cádiz prepara su primera telenovela llamada la Puchericienta. Cuenta la cruenta historia de esta mujer, Manolí la peluquera, con más años que el pelao de los leones de Correos. Una noche, después del telediario de Antena 3, cuando le cogía el dobladillo (el de la falda no el de caballa) a su traje de media gala para asistir a la merienda municipal, sus dos malvadas cuñadas, cuyo padre había sido comunista, la intentaron envenenar con un plato de puchero para asistir ellas a la merienda, a la que no habían sido invitadas ya que soñaban con que Romaní les mojara el churro en el café descafeinado con sacarina. Puchericienta, ya en la senectud, era alérgica a las Pastas Gallo y cada vez que comía fideos le salían en la espalda unos zarpullíos con forma de coquina. Si el envenenamiento era fuerte las coquinas le salían hasta a la marinera. No me pregunten porqué, porque yo no soy médico, oé. Pues resulta que las dos hijasdelagran de las cuñás le habían puesto al puchero estrellitas, que son como muy chicas, y la pobre inocente se la comió sin darse cuenta. Se le puso la espalda que cuando el médico la vió le dijo señora yo más que darle un tratamiento lo que voy a hacer es mojarle pan en la espalda…otro día sigo que me quedao sin líneas.