El sifón de las tres

Paco Márquez, que se pegó mirando toda la tarde al cielo, como si fuera un Jueves Santo, me dijo ayer que nos encontramos sin duda ante el primer milagro de El Despojado, que fue el que desvió el tornado, como la Guardia Civil cuando se inunda el túnel que hay en San Fernando. Pero Cádiz disfrutó ayer de verdad porque venía un sifón de esos, y a mi plin dijo uno que se estaba terminando unos erizos en El Merodio.
Los bares de Cádiz se cagaron ayer en las castas del sifón porque el joio vino a la hora de comer y hasta los picos de las tapas de ensaladilla salieron corriendo para su casa por evitar salir volando y terminar de pan rallao contra una torre de La Catedral…que muerte más cruel para un pico. Cádiz esperaba ayer un tornado y no vino ni un frigodedo, para una vez que lo tenemos todo preparado. Ya el Falla se había convertido en Arca de Noé donde se iban a rescatar a un chirigotero, un comparsista, un cuartetero y una ninfa…la especie de corista hubo que sacrificarla….por sobrepeso. Cádiz soñaba con abrir los telediarios y ya muchos se habían amarrado a un ropero para no salir volando si el sifón llegaba por Compañía, Topete y Columela (Carrera oficial). Probablemente la historia se paró en los grandes despachos de El Paraiso. El Santo Wenceslao quería maldecir a la trimilenaria y mandarle vientos huracanados. Intervino El Peña de Cádiz, que estaba de guardia y le dijo: quieto ahí, que no vuelva a pasar, que los tornados no respetan ni que estamos en Carnavá…ría.