Besadores del pendón

Ahora que ya ha terminado la fase clasificatoria del concurso, previa a la fase de cuartos de final, previa a las semifinales, previa a la final y previan, y previan y vuelven a previar, es hora, como muy bien hace Paco Márquez, de hacer balance.
Una de las cuestiones que más me preocupan es el comienzo del certamen, que lo veo un poco falto de pomposismo. A mi se me ocurre que se podría hacer un desfile como en los juegos olímpicos. Así, como ahora gusta tanto que vengan los alcaldes y las guapas de cada ciudad a acompañar a una agrupación, como si esto fueran las Fiestas Típicas, pues se podría hacer un desfile desde San Juan de Dios hasta el Falla con cada agrupación (en chandal o en traje regional) acompañados de una guapa portando el nombre y modalidad y un alcalde o concejal delegado portando el pendón de la localidad. Incluso Abel Moreno podría componer Cádiz carnavalesco para amenizar el paseo. El pendonista puede ser también un héroe carnavalesco de la localidad.
Una vez llegados al Falla y tras dar una vuelta al recinto, depositando una ofrenda a la Bella Italia por las hambres quitadas, se podría hacer una parada delante de la puerta principal del Falla y, en honor del espíritu carnavalesco, se hiciera una suelta, no de palomas, que es muy cursi, pero si de shangüis de pollo, que volarían soltando mayonesa entre los aplausos de los congregados.
La guinda podría ser que todos los que acudieran por primera vez al concurso besaran el pendón de Cádiz portado por un damo camarero de doña Teófila, mientras que el presidente del Patonato le entregara una estampita de El Batato en Majestad. No sería chachi piruli, Mari Puri.