«En una manifestación creyeron que éramos legionarios de verdad»
Paco Cortés nunca olvidará el año 2003 más concretamente el verano de 2002. En el mes de agosto, él y un grupo de amigos de la peña Los Dedócratas se propusieron sacar un coro callejero. Tenían más miedo que vergüenza, sin embargo cuando comprobaron que eran 35 para ensayar se dieron cuenta que eso podía tener futuro. Sacaron ‘Los legionarios’ y disfrutaron hasta tal punto que en 2012 cumplen su décimo aniversario de amor al tango por las esquinas, más allá del Concurso
– ¿Cómo aterriza en el mundo del Carnaval?
-En 1991 con el coro de La Peña Los Dedócratas. Allí pasé años muy buenos, concretamente once hasta 2002. En aquel año ellos decidieron retirarse del Concurso. Habían sacado el coro ‘La singladura’ con el que cumplieron 25 años y ya no quisieron seguir presentándose al Concurso. Aquel coro fue extraordinario con gente tan estupenda como Jorge Ayala.
-¿ Y cómo llega al coro callejero?
-En el verano de aquel año 2002 nos planteamos sacar algo para la calle. Nos juntamos cinco o seis que veníamos de Los Dedócratas y nos plantamos en la peña la Tertulia de Doña Frasquita. Cuando llegamos allí nos encontramos con 35 personas. Entonces, Luis Frade y Manolo Oltra se liaron la manta a la cabeza y decidieron escribir un coro para la calle. Eran los primeros pasos de ‘Los legionarios’.
-¿Cuándo empezaron a ensayar?
-Es cierto que teníamos muchas ganas porque cuando se corrió la voz nos llegamos a juntar hasta 58 personas. La mayoría éramos veteranos y sabíamos que la mejor fecha para empezar a ensayar era octubre o noviembre.
–¿Cómo fue la reacción del público en la calle?
–Desde un primer momento sentimos el calor de la gente. En las esquinas no hay ningún tipo de competencia. Eso no tiene nada que ver con el Falla. Además somos un coro muy participativo y el personal se implica mucho en nuestro repertorio. La interacción es total y se disfruta mucho sobre la batea.
–¿Alguna anécdota divertida?
–Hay una inolvidable. La mayoría de los componentes procedíamos de Puerta Tierra y el primer día de carrusel quedamos en Los Pabellones. Curiosamente había una manifestación contra la guerra de Irak y cuando nos vieron vestidos de legionarios creían que éramos de verdad y nos dijeron tres o cuatro cosas. Eso sí, luego nos hartamos de viajar con aquel tipo, incluso fuimos a Sevilla.
–¿Y la experiencia personal?
–Esto no tiene comparación con nada. La calle es de todos. Lo de los legionarios solo fue la avanzadilla y lo recuerdo de forma especial porque fue el primer año. Pero tampoco podré olvidar lo bien que me lo pasé con ‘Los shoshonis con pelos’ o ‘Cádiz con Frade’.
–¿Qué opina de la transformación que vive el mundo del coro?
–Yo en cierta medida lo estoy viviendo desde dentro porque nosotros ya hemos sido innovadores. Me parece bien. De los de ahora me quedo con el de Faly Pastrana y en el que sale Eduardo Bablé.
–¿Volverá algún día al Concurso?
–Nunca.