«Cantar para los niños enfermos fue bonito, pero también muy duro»

 

 

Diez años de la mano de José Antonio Vera Luque fueron suficientes para que David Mendoza viviera algunos momentos que quedarán para siempre guardados en su retina y en su alma chirigotera, pero también para colmar el vaso del sacrificio que requiere formar parte de una agrupación puntera del Carnaval de Cádiz. Una década plagada de buenos repertorios y un momento álgido, la tan deseada presencia en una final con ‘Cumpleaños Infeliz S.A. Payasos a domicilio’.

-¿Qué hizo de aquel año 2005 algo tan especial para usted?

-Fue un año fantástico. Era la primera vez que el grupo conseguía meterse en una Final. Al final quedamos sextos, con el segundo accésit, pero para nosotros se queda el haber cantado cuatro veces.

-¿Cuál fue la clave de ese éxito?

-El grupo estaba maduro por las experiencias de vida que habíamos tenido. Además, el tipo tuvo mucha aceptación. La puesta en escena era muy alegre.

-¿Quizá parte del éxito fue que la chirigota gustó mucho a los niños?

-Claro. Uno de los momentos que más recuerdo con la chirigota fue la actuación que tuvimos en el hospital, en la planta en la que estaban los niños más enfermos. Fue una experiencia muy bonita, pero a la vez muy dura. Lo recuerdo como algo muy fuerte.

-¿Y siendo uno de las caras más reconocidas del grupo de Vera Luque, por qué decidió abandonarlo?

-Por cansancio. Estuve saliendo hasta el año de ‘Los Jesusitos de mi vida’, en el 2008. Ya llevaba muchos años saliendo en Carnaval y buscaba un cambio en mi vida. Necesitaba más tiempo para mis cosas. Siempre tenía algún compromiso con la chirigota y quería tener tiempo para mis amigos, para hacer cosas los fines de semana. Por eso decidí dejar la obligación de los ensayos y las actuaciones.

-Su trayectoria siempre ha estado ligada a un mismo grupo…

-Sí, al de José Antonio Vera Luque, que por encima de todo es mi amigo. Antes había salido con alguna agrupación juvenil, pero en 1998 ya nos escribió Vera la chirigota ‘Los guardiamarinas del Adriano III’. Desde entonces estuve diez años cantando sus repertorios. En el 2000 nos estrenamos en adultos con ‘Los revolucionarios’, y luego llegaron ‘Los Cristovive’, ‘Los machomen’, ‘La Hermandad Omega’, ‘Los monstru’, ‘Cumpleaños Infeliz’, ‘Tarzán, la leyenda del hombre mono, o por lo menos resultón’, ‘Esto conmigo no pasaba’ y ya ‘Los Jesusitos de mi vida’.

-¿Se plantea volver?

-De momento, no vuelvo. Este año me preguntaron si me animaba y por primera vez después de mucho tiempo me lo llegué a pensar, pero la duda me duró cinco minutos.

-¿No le pica el gusanillo?

-Sí, pero ese gusanillo lo mato con mi chirigota callejera. Ya llevamos algunos años en la calle y este año somos ‘Hasta aquí llegamos’.

-¿No le da rabia pensar que unos años después su grupo se llevó un primero y usted no estaba?

-Para nada, porque ese primer premio yo lo considero como si fuera mío. Los componentes de la agrupación son mis amigos y yo sigo implicado en todo lo que hacen. Cuando anunciaron que se llevaban el primero con ‘Los que van por derecho’ estaba con ellos y lo celebré como si me lo hubiera llevado yo, porque lo siento así y ellos también lo sienten.