LENTEJAS (I)

 

En su punto de cochura y sal apago el potaje de lentejas. Pienso en dos elementos más o menos frecuentes en el Carnaval de Cádiz: las lentejuelas, que dejo para otro día, y las lentillas. Me recuerdan a la legumbre, tan socorrida en estos periodos de recesión. Hasta aquí la reflexión culinaria.

Las lentillas han vuelto al Gran Teatro Falla para quedarse. La tiranía del primerísimo primer plano (PPP en argot cinematográfico y televisivo) impone el sacrificio, en especial a los comparsistas, que son capaces de eso y de más.

Tataranietas del monóculo que usan ‘Los Gorritz’ de Federico Seglar en 1910 y que lucen en el croquis y en la foto ‘Los oculistas’ de 1926, coro dirigido por Ramón García Castro y compuesto por Francisco Vélez, Enrique Barbarruza Parralo y Claudio Sánchez, que firmaban Barvesán.

Las lentillas pudieron aparecer antes, pero las primeras que recuerdo son las azules que llevaban los integrantes de ‘El duende de Cádiz’, la comparsa de Antonio Busto en 1997. Luego las blancas de ‘La leva’, coro que obtuvo el segundo premio en 2003 de Paco Martínez Mora y Eduardo Toledano antes de pasar a la comparsa de Jesús Bienvenido. Más tarde volverían con ‘A contracorriente’, durante el Concurso de Agrupaciones de 2008; ‘Las locuras de Martín Burton’, la comparsa de Antonio Martín el año pasado, o ya en este 2012 las trae azules también la comparsa de El Puerto ‘Llámame Jesús’, entre otros grupos, que han integrado las lentillas en la caracterización de su tipo.

Las lentillas son las incómodas herederas de los lentes que llevaron en su tipo grupos centenarios como ‘Los señoritos de 1900’ o ‘Propietarios Boer’ y ‘Viajantes brasileños’, ambas del año 1901. A partir de ahí las lentes se fueron perdiendo y ganaron terreno las gafas, que viene a ser lo mismo. Pero eso. eso, ya se verá otro día.