LA GADITANA QUE SE QUEDÓ

 

Hace cien años unos cuantos gaditanos mientras trabajaban en Montevideo (Uruguay) formando parte de una compañía de Zarzuela, fueron estafados por el empresario contratista. Se cuenta que este hecho provocó el que se vieran obligados a cantar cuplés por la calles de dicha ciudad para poder así sufragar el pasaje de vuelta a Cádiz. Al año siguiente concurría a las calles de Montevideo la murga ‘La Gaditana que se va’.

La influencia que jugaron nuestros paisanos tuvo que ser sonora. Un breve vistazo al catálogo de la exposición ‘La Gaditana que se quedó… 100 años de Murga’, así lo corrobora. Miguel Tuala y Carlos Almeida son los artistas responsables de la muestra que en estos días se podrá visitar en la antigua Cárcel Real (en una versión «light»). Así por ejemplo, cinco años después de la marcha de los gaditanos las murgas uruguayas comienzan a usar redoblantes (caja); la figura del director en el centro de las agrupaciones con su batuta es una imagen constante (en Cádiz se recuerda incluso a inicios de los años 50); así como, por poner un ejemplo más de similitud entre carnavales, sufrieron una dura censura en la dictadura comenzada en 1973.

Esta tarde, a partir de las 19 horas, en el Aulario La Bomba podremos conversar con ellos y aprender de ese mestizaje de culturas que representa el Carnaval. Están invitados.