Jurados paralelos

Para ser miembro de uno de estos jurados diarios o análogos al oficial hay que estar cualificado, no basta con portar como única garantía el haber salido en agrupaciones o ser un aficionado. Conocimientos de música, de literatura, de artes escénicas o en su defecto tener sobrada experiencia como compositor, escritor, la interpretación o las letras como periodista o crítico, sería suficiente. En algunos periódicos he visto que los miembros de esos jurados son seguidores o a lo máximo intérpretes de agrupaciones que presentan esto como único aval, sin tener la mínima capacidad para evaluar el trabajo de otros. Algunos miembros suelen ser amigos o amigas del presidente de turno que lo más que saben de música es el ruido del secador para hacerse los rizos para ir al teatro o el sonido de la maquinilla para afeitarse en ellos. Otros son los ?entendios? que le das un diapasón y piensa que es un silbato. Y luego los hay de los de siempre, es decir, los que de una forma u otra todos los años están ahí para buscarse la entrada gratis para todo el concurso.

La credibilidad de estos jurados y sus puntuaciones dejan de ser creíbles en el mismo momento que ojeamos su curriculum. Hay que tener vergüenza torera para calcular la capacidad propia para evaluar el trabajo de los demás. Jamás sería miembro de un jurado de pintura por ejemplo, porque sería capaz de darle un 2 a un Picasso y un 9 a mi sobrino, sobre todo porque no tengo ni idea de cromatismos, composición, ejes, tensiones dinámicas… Solamente he sido presidente una vez de un jurado de minicoros, y fíjense el plantel que me busqué; Eduardo Bablé, actor, corista, músico y compositor, Miguel Adomar, músico, compositor y director del conservatorio de Cádiz, Francisco Melero, director musical de coros, escritor, licenciado en Filología Hispánica y especialista en Lengua Latina y Manolo Guimerá, músico y director del Conservatorio de Danza. En definitiva un jurado refutado y cualificado al que nadie podía tachar de neófito en la materia ni reprochar sus argumentos.

Jurados paralelos sí, pero con unos miembros verosímiles.