Sensaciones encontradas en la noche de las rutas en autobús
¿Se puede fumar algo infumable? Pues según lo visto ayer, sí, se puede. Al menos fumar fue la única vía de escape para muchos que ayer se atragantaron con la que probablemente fue la sesión más floja del Concurso. Casi toda la lumbre se vio mientras el público, en grupo, abandonaba la plaza Fragela. «Vamos a echar un pitillo, que el camino luego hasta Algeciras es muy largo». «Dame un cigarrito, que hasta que lleguemos a Sanlúcar no se puede fumar». «Vamos a echarnos uno, que en el autobús no dejan fumar, y yo no aguanto hasta llegar a Sevilla». «El último que me fumo…, hasta que no llegue a Trebujena». Todo eso, se escuchó ayer.
Me recuerda a algo…
Otra vez polémica por un tipo que resulta ‘familiar’. En este caso no se prevén quejas públicas ni nada por el estilo a lo que pasó entre el autor del cuarteto de Gago y Manuel Jesús Morera. La cuestión es que alguno comentaba ayer con algo de malicia que el tipo de cantautor del Remolino, que tanto éxito tuvo en la noche del jueves, recordaba demasiado al de una chirigota callejera de hace un par de año.
Coletazos del jueves
Como es lógico, viendo la cantidad de tiempo que tuvieron ayer los fumadores para reunirse a las puertas del teatro, se siguió hablando de la magnífica sesión de la noche anterior. «Ayer te perdiste a dos primeros premios», le decía uno a una de las caras asiduas a los palcos de protocolo. «¿Tan bien estuvieron?», le contestaba este. «La del Tino estuvo puntera, pero lo del Remolino fue para quitarse el sombrero. Le reventó los cuplés al Canijo». Todo esto, en la calle, porque después el que ya auguraba el palmarés se acercó al palco del otro para decirle que «Quiñones, un primero, seguro».