El que la lleva la entiende

Quizás el Concurso no ha sabido madurar cuando más fácil lo tenía y quizás le falta humor y le sobra tontería

De pequeña en mi casa las chucherías entraban de manera muy ocasional, en algún cumpleaños y los viernes para ver el 1, 2, 3. Poco más. Sin embargo en 1988 sucedió algo que aceleró mi visita al dentista: Canal Sur retransmitía la primera final del Concurso del Falla. Creo que fue tal el atracón de azúcar para mi párvula boca que al poco empezaron a desfilar los empastes por cada una de mis muelas.

Desde ese primer Concurso del Falla televisado (gracias, Canal Sur) hasta hoy el COAC ha cambiado bastante. Algunos aspectos a mejor y otros a peor, como todo. Como yo y como tú. En mi calidad de desconocedora universal de lo relativo al carnaval, considero que el aspecto más positivo que ha aportado el paso de los años ha sido la difusión del Concurso más allá de las fronteras de Puntales y los territorios de ulterior  (desde Despeñaperros al resto de España y la humanidad).

En el lado negativo, la profesionalización del Concurso y la pérdida del sentido del humor (y el norte). Cualquier debate, decisión o comentario sobre el COAC parece estar ligado a una cierta predisposición al enfrentamiento, la rivalidad y una suerte de egolatría sin fin. Todo esto ha restado naturalidad y calidad al Concurso y ha añadido ruido. Mucho ruido. “Tanto, tanto ruido, tanto ruido y al final, por fin el fin. (…)… Quiso carnavales y encontró la fatalidad, porque todos los finales son el mismo repetido”. Pregonero dixit.

Evidentemente Sabina en su copla no se refiere al COAC sino de una separación. Sin embargo yo creo en el Concurso también se ha producido una separación. Además de generar exceso de ruido (mediático, político y social) el COAC ha engendrado un sentimiento de apatía y pereza hacia él en el seno de una masa silenciosa de gaditanos cuyas vidas no transitan por las redes. Son muchas las personas de Cádiz que no reconocen en esa competición de un mes y 500 noches el Concurso del Falla tal y como lo conocieron y vivieron. Gente de edad muy diversa. Quizás el Concurso no ha sabido madurar cuando más fácil lo tenía. Quizás le falta humor y le sobra tontería.  Y polémicas estériles. No sé qué opinará Pepe Mena.

Tanto, tanto ruido y al final este viernes la Final. Yo me quedo con la del 92. El que la lleva la entiende.