En diferido

Soy del grupo de todos esos que trabajamos y vemos el concurso en diferido. Es lo mismo que ver el fútbol grabado, no quieres que nadie te hable, no miras el teléfono, no lees a Carmelo en twitter

Los lunes, Champions los martes, Champions los miércoles, Europa League los jueves, Liga los viernes y Liga los sábados y domingos como toda la vida de Dios. Ah! Y si descansa la Champions, tres jornaditas de Copa del Rey entre semana. Tebas está haciendo realidad el sueño de Er Chele, empalmando una jornada y otra y así sucesivamente…

Arranca el concurso cada tarde y, a medida que avanza, empiezan a llegar whatsapp: «¿Has visto a los niños de la cantera?» «Aragón se la está sacando con la chirigota», «Tú, los Daddy Cadi han pegado un pelotazo hoy, qué me dices», «Qué bueno el Morera»… Y yo pendiente de un Liverpool – Bayern… Y
pasan los minutos -de descuento para llegar a casa- como si el Levante soplara la aguja y los echara pa’ atrás.

¿Pero niño cuánto dura eso? Acaba el 1 de marzo, tranquilos que ya queda menos para que deje de daros la brasa. Mi vida diaria en la radio. No es fácil convivir con haters del Carnaval o, ya no se, si míos. Hace un par de semanas al sector duro de esos haters -son fácilmente localizables, los primeros que te encuentras al entrar en la redacción de Cope, se hacen llamar ‘Los de la Web de Deportes’, les traje un pito de Carnaval de allí. Parecían una mezcla entre niños pequeños, por la ilusión que les hizo, y auténticos zotes, por cómo soplaban el trocito de madera. Pero les quiero igual aunque me digan “¿Y nosotros podemos montar una chirigota y llamarnos Los Haters de la Bahía?”.

Cuando llego a casa, la sesión está acabando. Es el momento de repasar Youtube y los enlaces de la radio para empezar a escuchar y confirmar todo lo que decían los whatsapp. Ya no son horas de estar haciendo cena, un poquito de queso con unos picos camperos nos salvan una noche más. Y al lío, hasta que el sueño puede conmigo. Soy del grupo de todos esos que trabajamos y vemos el concurso en diferido. Es lo mismo que ver el fútbol grabado, no quieres que nadie te hable, no miras el teléfono, no lees a Carmelo en twitter por si te destripa algo, que hoy en día las redes sociales están repletas de spoileadores profesionales.

Por cierto, ¿cómo es posible que no se mueran de risa los Daddy Cadi cuando el bombo da paso a los cuplés?