La familia
Homenaje a quienes fallecieron en este año de la gran familia del Carnaval de Cádiz
Salir en Carnaval de Cádiz es una de las mejores cosas para un gaditano. ¿Exagerado? Me da igual. Sé que es así. Y entre su legado, está el lazo que une a los carnavaleros durante el resto del año. Somos una familia invisible pero real, y cruzarte por la calle con alguien de este mundo te provoca un saludo que identifica, que va más allá de la simple educación.
Por eso cuando alguien de esta familia se va, algo se rompe. Duele saber que quien ha compartido contigo este veneno ya no lo probará más… Y 2017 nos deja un sabor amargo, como quizás ningún año anterior. Muchos de los nuestros han cerrado telón. Y antes de que este Concurso nos devore, quiero recordarlos aquí. Han sido nuestra familia.
Antonio Guerrero, el Piojo, representa a esa mítica hornada de comparsistas que sin aspavientos ni pamplinas levantaban un teatro. Manolo Cornejo, encarnó al personaje más carismático de nuestra historia. Don Adolfo unió a generaciones, y se hizo inmortal en cada corazón. Francisco Díaz, Pelahigo, le hablaba de tú a Momo en cada pasodoble majara. Jose A. Valdivia, luchador incansable, peleón y justiciero, un autor de los que no se callaban. Pepe Scapachini, la voz rajada y picaresca, la esencia pura del cuarteto gaditano, el menda más menda de todos los mendas. Antoine Flores, el eterno figurante, el compañero perfecto. O Antonio Peinado, el artesano de los primeros tiempos, el maestro al que no le cogió tanta modernidad, ni falta que le hizo.
Y Joselito Ramírez, corista conmigo y comparsista viñero, invisible pero omnipresente, imprescindible. O Josefa Verdejo. Representante de esas aficionadas que siempre tenía una palabra de apoyo, de ánimo, de alegría. Yo la conocí cuando su hijo Tino y yo jugábamos a los tapones, mientras chapurreábamos carnaval a su vera… No la olvidaré.
No digamos que allá en el cielo formarán el taco. Vamos a recordarlos aquí. Que quizás, algún día, nos crucemos con alguno por la calle; y como en un pacto secreto, nos saludaremos con nuestra complicidad carnavalera. Al fin y al cabo, somos de la misma familia…
Un recuerdo para todos y un beso para Tino y Josefa.