Ya que tengo la entrada, me quedo
El Concurso del Falla es un espectáculo tan raro que uno compra la entrada sin conocer la cartelera. Cuando salen a la venta las localidades para cuartos de final, o las siguientes fases, el comprador no sabe qué grupos, mucho menos en qué orden ni a qué hora, podrá verlos. Aún así, se agotan. Pero el entusiamo nunca elimina el riesgo. Por ejemplo, ayer se cumplieron los presagios más negativos. Los compradores de esta sesión de martes esperaban a otros que actuaran. Según las cábalas de posible clasificación, podrían haber tocado los de Antonio Martín, o El Selu, o Los Carapapa, pero no. Se clasificaron otros antes y el azar les desplazó un día hacia delante. La mejor sesión de cuartos de final, de largo, con diferencia, será la de hoy miércoles, no la de ayer martes que tiene toda la pinta de haber sido, de largo, la más floja. El ambiente se resintió, pero poco. Hubo menos euforia, menos agitación, pero el lleno se mantuvo porque ya que tenían la entrada, pues no se iban a quedar en casa, que también había motivos para disfrutar. El cuarteto de Manuel Morera fue el mayor y el ambiente creció durante su actuación. Tanto, que llamó la atención hasta de periodistas llegados de los confines del planeta. En los camerinos y entre bambalinas, por el patio de butacas y los palcos llamó la atención la activa presencia de una periodista de rasgos orientales con quien casi nadie podía comunicarse. El inglés no era su fuerte ni el de sus contertulios. Se llama Kayoko, japonesa y llegaba enviada por revista ‘Paseo’, que no enviada a paseo. Más allá de lo que pillara, se trata de dar difusión al asunto. Para eso, mejor le hubiera ido en la sesión de hoy, la del miércoles, la que se ha retrasado sin que nadie lo tuviera previsto. Pero así son las cosas de un espectáculo que oculta su cartelera.