Vera Luque: «La chirigota sirve para ver que lo de la calle puede valer en el Falla; si el humor es bueno, da igual el Teatro o la esquina»

El autor ha ganado el primer premio con 'Los #Cádizfornia': «El decorado, el disfraz, la idea... todo suma, pero nunca debe estar por encima del repertorio, que es lo que ha hecho grande al Carnaval de Cádiz»

Volvió y venció. La chirigota de José Antonio Vera Luque acumula premios con una voracidad impresionante, haciendo historia en un Concurso en el que sufre la doble competición: contra el resto y contra él mismo. Pero las olas venían de categoría y estos surferos poseen habilidad y destreza para transformar sus locuras en excelencia carnavalera. Una vez más, incontestables.

-¿Otra vez? Digo, otra vez.

-Otra vez. Preparamos la historia para hacer el mejor Concurso posible y hemos pegado.

-Son cinco primeros premios en los últimos siete años, y eso que descansó el pasado. ¿A qué sabe este galardón?

-Nos ha dado mucha alegría porque ha sido un reto. Queríamos apostar por el repertorio. Otros años nos hemos adornado mucho, llegábamos con muchos tiestos, y esta vez queríamos crear una chirigota muy básica, muy nuestra y centrándonos en lo que se dice, sin artificios, lo que yo creo debería ser. Hay quien me ha dicho que le ha ganado un ‘gachó’ en sudadera. Esa era la peli que queríamos, una chirigota que fuera igual en el Teatro que en una esquina. Y que no hubiera metacarnaval ni efectismo.

-Quedará en la historia por los cuplés.

-Teníamos la idea pero no sabíamos cómo iba a caer. Y me ha encantado. He dsifrutado muchísimo y estoy deseando empezar otra vez.

-¿Por qué le cuesta tanto a los autores escribir esta pieza tan cortita?

-Creo que se debe abrir un poco la mente. Se habla mucho de que hicimos 24 cuplés, y nadie dice que ninguno fue al Carnaval. Son cuplés para cantar en cualquier momento, en cualquier sitio. Coger el periódico, esto ha pasado y de esto escribimos. Me he sentido muy realizado.

-Celebraron el cuplé número 24 como si hubieran ganado la ‘Champions’.

-Para mí fue el gol de Señor en el 12-1 de Malta. Después de todo el esfuerzo, no podúiamos repetir. Además, por reglamento, había que repetir un bloque de tres cuplés. No podíamos morir en la orilla. Antes del Concurso teníamos 16 y hemos compuesto el resto durante la competición. El primero de la final, el del chino, lo metimos el mismo jueves por la tarde. Se nos ocurrió y me fui corriendo al coche a escribirlo.

-¿Al coche?

-Sí. Me voy adonde lo tengo aparcado, me meto y ahí es donde me concentro, mientras los demás se quedan ensayando.

-¿Ha podido servir de algo su chirigota?

-Se ha conseguido entender que lo de la calle puede valer en el Falla, y viceversa. Si el cuplé, el humor, es bueno, da igual el Teatro o la esquina. El Canijo, en otro sentido, ha conseguido un efecto similar. Además, en la calle ha tenido buena acogida, porque desde el principio insistí en que ellos son los pioneros. Incluso nos han dado las gracias.

-La diferencia entre ambos espacios está también en la interpretación. En el COAC no se permite el error.

-Eso es cierto. Si fallas es como un gol en propia meta. Es un torneo, no un amistoso.

-El humor en el cuplé era imprescindible porque el popurrí no era tan de carcajada.

-Ese es otro capítulo en el que nos tiramos a la piscina. Porque en el cuplé no había duda (lo propusimos en una boda, todos contentos y entonces no hubo problemas). Pero en el popurrí hubo más debate. Queríamos una historia que no caducara nunca, engarzada, y creo que no decayó en los distintos pases. Necesitamos hacer cosas distintas.

-¿Cuál es la clave del éxito?

-Llevar un repertorio bueno, ideas ingeniosas y trabajarlas. En nuestro caso, la disciplina y la autocrítica. Mi grupo es muy inteligente y muy crítico. En el ensayo lo que hacemos es hablar más que ensayar, que luego cada uno lo haga en su casa con los auriculares. No digo que saben mucho de Carnaval, porque eso es muy relativo, pero sí conocen mucho y son consumiradores de calidad. Y aunque cada jurado es distinto, si sabes que vas bien hay más posibilidades.

-Hablaba de restar efectismo en un producto cada vez más audiovisual.

-Nosotros somos los primeros que hemos hecho locuras como meter un platillo volante en el escenario. Sabemos que ya no te ve el Teatro, te ve todo el mundo, y hasta los colores que llevamos en el tipo no son por casualidad. Pero el decorado, disfraz, nunca deben estar por encima del repertorio. Porque esto es que lo que diferencia al Carnaval de Cádiz del resto del mundo. Si no pensamos en ello, le restamos valor a lo que nos hace distinto. Por identidad y amor propio hay que cuidarlo.

-¿Qué importancia le dan al Concurso?

-Nosotros queríamos que el aficionado se quedara con nuestra idea. Nos lo repetíamos constantemente. Y al conseguirlo, el premio nos daba más o menos igual. El Concurso es la cara visible del Carnaval, el escaparate de la tienda, y debe estar bien montado. Más que cuidarlo, no hay que descuidarlo por rutina, y pensar que como todo sale bien…

-Otro buen año de chirigotas.

-Esta modalidad depende mucho de las ideas. Estamos los antiguos (Selu, Sheriff, Canijo, yo…) y las que salgan, que además se van uniendo. Molina, Bizcocho, el Barrio, los Daddys. Cada uno con su encanto y particularidad, y esa variedad da una riqueza enorme a la chirigota. Si en un mismo año coinciden buenas ideas, el Concurso se ‘achirigotea’. También ha habido un gran pulso en los coros.