Una esquina puntera pero en butaca

 

Ambiente del de verdad, del de Cádiz, Cádiz ayer en el Concurso de Romanceros. El público dio una lección de lo que es disfrutar con respeto y sin fanatismo, como pasa a veces en el certamen de agrupaciones. La sensación era la de estar en una esquina pero con la comodidad de estar sentado en una butaca.

Abrió el telón Marcos Antonio Noguerales, que contó la historia de Jaime de Marichalar. Lo pasó fatal el pobre con el cese de la convivencia, pero peor lo pasó cuando lo quitaron del Museo de Cera. Luego «el negro de Bonny M», José Manuel Bravo, hizo un repaso por su gloriosa trayectoria musical con muy poca vergüenza. El relevo lo tomaron los patronos de Cádiz, que están fatal de la espalda de tener siempre la misma postura. Y del cielo a la tierra con uno de los más esperados, Salvador Fernández y su ‘Agencia de viajes’, que no defraudó. Al mismo nivel sorprendió la extremeña Pepa Guillén. Luego dos lateros, el mismo Dios encarnado, un romancerista que se las da de artista, un Sansón en adobo, un hijo de Zorrilla, un chivato de «wikilis», un amo de casa habitual del Ikea, dos poetas satirones y otros tantos personajes.

Algunos de los que más gustaron fueron Francisco Sánchez, Susana Ginesta o el Ketama y el Cuqui. Hubo altibajos en la calidad, pero en este Concurso lo que importan son las ganas de agradar y disfrutar, y ahí, intérpretes y público alcanzaron una comunión perfecta.

EL PALMARÉS

Primer premio: ‘Cuidao con lo que vais a disir que está aquí el wikilis’, de Álvaro Ballén
Segundo premio: ‘No me llames maricón que te araño‘, de Francisco Sánchez
Tercer premio: ‘El auténtico Bruce Lee’, de Agustín J. Barba