Semifinales COAC 2020 Los pacientes. Compromiso más allá de los puntos
Fran Quintana apuesta, para jugarse el pase, por un pasodoble a la situación del campo andaluz
Valoración: AHÍ, AHÍ
Estaba impaciente el público para ver llegar a los impacientes de Fran Quintana. Que canta a lo que espera al gaditano, desde lo grande -como el hospital-, a lo pequeño -el aparcamiento. Sigue sorprendiendo, en este tercer pase, la gradación de voces y sentimientos de la presentación. Desde la calma del pescador al grito del que reclama lo suyo.
El primero de los pasodobles lo dedican a un tema más que original, a los agricultura, a la que “el gobierno de la Junta le pone la cruz”. A los dos por igual, que Quintana no se casa con nadie. A la derecha y al socialista “que esconde la cabeza”o “la Unión Europea”. El canto de Quintana es “al olivar levantó mi pueblo” y “a las manos que alimentan a los mismos que os revientan”. En definitiva, a “la lucha del pueblo andaluz”. Si hay que destacar una letra poco concursera sería esta. Para algunos, es tirar una letra. Pero hay que valorar la originalidad y el compromiso . En el segundo, le dan a las diferencias de clases sociales en los jóvenes. El que ve la angustia en su casa frente al que tiene “un coche por su cumpleaños”. “Tú haces carreras en motos de agua,mis padres llevan cinco años sin vacaciones”. Entiende lo que sucede, de forma práctica, con su módulo de economía y le dice al rico “que no te envidio ni eres más que yo”. La música, en ambos casos, va a una velocidad prodigiosa, que cuesta coger al principio pero que es un reto en los siguientes pases.
En los cuplés se mantienen a flote. El primero, a los altavoces que son sumergibles, “que a mí me sirven”. Fran, esos ripios. Va desgranando la música que pone para ir cogiendo los pescados. Por ejemplo si quiere “borriquiete pone a Kiko Rivera”. “Sólo hay una pega, con Maluma sólo pillo lisas mojoneras”.. En el segundo, a cómo van a pescar algunos a la Punta, superpreparados, con “carretere de manganeso”Ellos tienen un truco infalible, ponen de carná “unas bellotas así”. Ya saben, drogaína. Mejor el primero que el segundo.
El popurrí vuelve a ser un acto de preciosismo, de desarrollo de una idea fácil pero que da un juego tremendo. Un canto a esas “olas, que son libertad”, y que llaman a quedarse “con la mar bravía”. Y no renuncian, con tanta crítica, a ponerse tiernos “soy un pez sin ti no sé respirar, solo ponerme a temblar, no me abandones madre”. “Háblame de amor, que me falta todo menos la paciencia”. No sé si triunfarán este año en el Falla, pero en la carpa… perdón, en la calle.