Semifinales COAC 2020 Los Aislados. La barca de la sencillez
La comparsa de Jona confirma las buenas sensaciones y no renuncia a nada
Valoración: AHÍ, AHÍ
La presentación de la comparsa es la demostración de que lo simple puede funcionar y que el camino más corto es la línea recta. Son la voz de los que no tienen voz y lo dicen sin extraños recursos. Su isla, por pase, parece más grande.
En el primer pasodoble, hablan de la dicotomía a la que se enfrenta cualquier español en cualquier tema. “O te enfrentas al aborto o eres otro proabortista, o enarbolas nuestra patria o ves bien la independencia”. Va relatando cómo los políticos sacan provecho “siempre incitando hacia el odio”. Gran palo para la clase dirigente, que está “bebiéndose cubatas a costa nuestra”. Una gran ovación por su mensaje claro, al que acompaña la música que luce por su falta de estridencias, por su gusto por la sencilla belleza. En el segundo, repasas los errores y las tonterías de infancia y juventud, como “llamar al timbre y salir corriendo” a “mirar a tu hermano con envidia”. Algunos son más chungos, como “reírte de mujeres que durmieron en tu cama” o de “darle la espalda a un trabajo por vaguear”. Rematan diciendo que, si ha sido por aprender, “ha merecido la pena fallar”. Una gran letra y ojo con estos pasodobles. El cupo de la siguiente fase no está cerrado.
En los cuplés, tocados hasta llegar al estribillo más como una chirigota, tampoco fallan. El primero, a que ligan con una chica y se quita los complementos. Al final, como ve que tarda le pide “échame el chocho por debajo”. El segundo, mejor, a los problemas de Urdangarín entre rejas. Va a visitarle doña Cristina y le dice… el mismo remate que en el primer cuplé. El público lo recompensa con aplausos.
El popurrí parece más corto en cada pase, pese a que se mantiene sin variaciones. La isla de Jona, “con castillos pero sin reyes”, se disfruta cuando se conoce la música y se anticipa la letra que le acompaña. Sobre todo, han tenido el disfrute de quien está cómodo en las tablas. Eso se ha plasmado en una interpretación más natural. El tiempo de descanso de Jona como autor le ha dado madurez sin perder ese toque gamberro, a veces algo excesivo como en los cuplés. Ojo al corte del miércoles.