«Queremos que la gente venga al Pópulo a escuchar coplas y no solo a beber copas»

 

El barrio del Pópulo volverá a convertirse hoy en el epicentro de las coplas ilegales. El verso se adentrará entre las estrechas y silenciosas calles de este histórico rincón para dejarse oír y para trasladar aquellos asuntos de la actualidad en forma de parodia. Esta concentración ilegal, que alcanza este año su octava edición, arranca durante la jornada de hoy con la participación de los romanceros, para continuar hasta el próximo jueves con las actuaciones de las chirigotas que deseen sumarse a la iniciativa. El empresario Francisco Rubio, propietario de la taberna El Teniente Seblón, y una de las personas más implicadas con la iniciativa, analiza los avances que ha experimentado la conocida concentración de ilegales, ‘Amoscuchá!’, en los últimos ocho años.

 

-¿Cómo surgió esta iniciativa hace ocho años? ¿De quién fue la idea?

-Pues un empresario de la zona, José Mata, que salía en una ilegal, viendo que La Viña se había masificado y que cada vez era más difícil cantar allí, decidió que el Pópulo tenía todas las características necesarias para convertirse en un espacio de ilegales. En principio se fijó un solo día para las actuaciones, que era el miércoles, pero viendo la buena acogida que tenía la iniciativa, se ha ido ampliando hasta llegar a contar hasta con tres días, como en la actualidad.

-¿Qué ha supuesto para el Pópulo la visita de las ilegales?

-Pues ha permitido al barrio consolidarse como referente del Carnaval de la calle, de ocio y de turismo. Pero sobre todo, para el Carnaval de la calle, ha supuesto un espacio donde los grupos se sienten acogidos, donde se les permite utilizar los aseos de los locales que participamos en la iniciativa, donde los empresarios colaboramos no permitiendo la utilización de equipos de sonido para la reproducción de música y fijando varios días, en función de la modalidad, para dar un poco de orden. Además, cortamos a las dos y media de la madrugada para no molestar a los vecinos y para no permitir el deterioro del evento a altas horas de la madrugada.

-¿Qué supone este evento para la hostelería?

-Esta semana supone cierto alivio para los tiempos de crisis en los que nos encontramos, en el que las ventas han caído. Ahora bien, nos parece más importante el acercamiento del barrio al Carnaval, ya que hay otras iniciativas comerciales como las que tienen lugar con el Mercado Andalusí o en Semana Santa que son más rentables. En este caso, nos interesa más que la gente venga al barrio a escuchar coplas y tomarse alguna copa si quiere, que no al contrario, que la gente venga solo a tomar copas. Por eso, la iniciativa también ha salido del Pópulo y se ha extendido a la Catedral, a Santa María o San Juan de Dios, porque lo ideal es que haya espacio para que todos puedan cantar con comodidad y que se pueda escuchar.

-¿De qué manera colaboran los empresarios para que se puedan escuchar las coplas?

-Nosotros abrimos los aseos, colaboramos con las agrupaciones ofreciéndoles algún refrigerio e incluso intentamos controlar en la medida de lo posible que no se vendan lotes de bebidas para que no se forme el botellón, pero todo en la medida de lo posible.

-¿Cuáles son las novedades de esta edición?

-Vamos a intentar que los grupos estén cómodos, vamos a contar con patrocinadores que les van a entregar a los participantes algún obsequio y algo de avituallamiento y, sobre todo, vamos a insistir en conseguir civismo, que se usen los aseos y que se guarde silencio para poder escuchar las coplas, que es lo importante. Esperamos que el evento siga creciendo en comodidad y que el que quiera cantar pueda hacerlo y el que quiera escuchar, también.