Pase de preliminares COAC 2020 La gaditana que volvió: Un hermoso regalo que vino de vuelta
La murga uruguaya se hizo comparsa por la magia del Carnaval para rendir tributo a una tierra hermana
Valoración: PASABLE
“La gaditana que volvió porque murga la dejaste regresa a su casa. Y se hace comparsa para unir el Carnaval”. Irrumpe en escena la murga más exótica de este Concurso, un brindis por la unión de dos pueblos muy lejanos pero por los que corre la misma sangre carnavalera. Sones interesantes, distintos, que quedan por encima de una interpretación algo deslucida. Pesaron los nervios de la primera vez pues luego crecieron en este aspecto.
Es sumamente complejo analizar algo tan diferente, con estructuras y tradiciones difíciles de encajar con rotundidad en las nuestras. ¿Y qué es mejor? Cuestión de perspectivas, de raíz y de costumbres. Las melodías atrapan si bien las piezas son excesivamente largas (parecía que empezaban con el popurrí). Falta la potencia propia del cante gaditano ya que ellos se apoyan en micrófonos, y por ello queda un poco tímida la propuesta. Alargan las notas, lanzan la voz en los finales sin los melismas de una música que ha bebido en la fuente del flamenco. Existe una preponderancia de las voces graves, que le conceden más profundidad a la obra, y en cambio pierde el brillo de las agudas.
El pasodoble es un regalo, por su aportación desinteresada. Es irregular. Una fusión, una mezcla, una amalgama de estilos y de compases. Cumple con los cánones más clásicos en sus primeros compases pero luego no se desarrolla con la fluidez del añejo pasodoble ‘gadita’. Un tributo a Cádiz y su Carnaval en su primera letra, acentuando su felicidad por la herencia que le legó un pueblo feliz. Y el segundo es obligado contra la xenofobia imperante en ciertos sectores de la extrema derecha. “A vos que hablas en plata. No me hables de ser español, que tu rey mató unos cuantos. Abascal, aquí estoy”.
Las estructuras son muy extensas y rozan la penalización por exceso de tiempo. De haberse gustado un poco más les habría costado la plata.
Es curioso porque crecen en el escenario a medida que avanza el repertorio y se extiende ese diálogo mágico con el público. Se refuerzan con los cuplés y la broma sobre la dificultad de tocar el pito. “El cacharro esto no suena a ná”. Recuerdan su carácter competitivo, ‘canchero’, y miran al jurado como Luis Suárez mira a Mateu Lahoz. Sobran las palabras.
‘La gaditana que volvió’ es una comparsa muy pasional. “Gracias por llevarnos la murga, pueblo gaditano”. Y ese calor lo transmiten, con esos imponderables propios de las artes escénicas. También había ganas aquí, y esa buena predisposición es innegable., El popurrí compite en calidad literaria y vocal con ese ramillete de buenas comparsas que aspiran a dar un pasito más. “Catalán, puede que tu independencia sea tan solo un cambio de collar” cantan, afinando, sin estridencias ni alardes. Precioso recuerdo a Aragón y en el salpicón introducen esas pequeñas cuartetas tan propias del Carnaval charrúa, de crítica irónica, descriptiva y mordaz. Para estar ‘orguchosssos’.