Pase de preliminares COAC 2020 de Los Encaidenados. Un remolino para romper las cadenas
La comparsa ofreció una espectacular puesta en escena y consiguió hacer calar su mensaje
Valoración: BUENA
Kike Remollino viene dispuesto a romper la racha de quedarse a las puertas de la Final del COAC. Y lo hace con una espectacular puesta en escena, con un forillo con uno de los fuertes de la muralla a la que están encadenados los miembros de la agrupación. Un leve soniquete flamenco en los primeros sones con sonido de cadenas de fondo. Son una especie de payasos que han tenido que emigrar, con la maldición que al ser de Cádiz les dicen “canta chirigotas, di picha”. Desde el exilio, lamentan que “por más que ella me hiera, es mi tierra mis cadenas”. “Encadenao, a Cai” van cantando como si fuera el cierre de la presentación de Los Condenaos mientras arrastran la muralla del forillo. La gente, que grita histérica incapaz de contener acaso por 10 segundos su emoción, aplaude el final a rabiar.
En la tanda de pasodobles, dedican el primero al canto que ofrecen a Cádiz, al que piden que sienta la melodia “como el pellizco que en los cachetes te da una madre”. “Que se te vayan los pies con cada nota, sabes cómo te quiero centrañas mías”, le dicen a la ciudad, a la que piden “échame cuentas porque me tienes encadenado”. La melodía es interesante, sobre todo al principio, con un punteado que se luce antes y después de que los pitos den paso a las voces. El segundo, a Manolín Santander, dejó versos como “Venga que te está viendo tu madre”, “niño hazlo por papá y por su gente, no preguntes dónde está, está presente, siempre presente”. Al que será dios Momo le pide !que rompa la caja suena la guitarra y retumbe el bombo. No es cualquiera nuestro dios Momo, encadena San Antonio a la orillita de La Caleta”. El grupo, como en pasados años, canta el final del pasodoble con una pasión que estremece, pero que le resta en parte musicalidad.
El primer de los cuplés, a la exhumación de Franco, tan pequeño que pensaba que lo meterían en un tupper de croquetas. Piensan hacer lo mismo con Carrero Blanco, pero la familia dice que ya ha volado bastante. Es toda una sucesión de bromas, al más puro estilo chirigotero con los pitos tocando el ritmo del pasodoble de la familia Peperroni. El segundo, a la ropa del Primark, del que dudan de su calidad, sobre todo porque la goma del bañador se le da de sí y enseña a la orilla su masculino secreto. El estribillo, con sonido de cadenas de fondo, es de los más bonitos de los que se han escuchado este año en el COAC. “Encadenaito me tienes de pies y manos el corazón, encadenaíto me tienes de pies y manos hasta la razón, encadenaito me tienes solo por estar a tu vera, ay Cádiz cómo lo haces que no te hacen falta cadenas”.
Popurrí que empieza a sonido de pitos y contenido muy social. Esperan un futuro mejor, “cuando no se vea al africano encadenado a una patera” “cuando el alma pura se encadene al corazón de las personas”. Es una defensa de los derechos humanos y contra el fascismo. Va encadenando palabras para explicar su vinculación con Cádiz mientras se marcha de la ciudad, a donde “ya regresaré, ya regresaré, ay no vayas tan ligero, ay tirititren”. Desde Londres echa de menos que el cazón, una cerveza en La Caleta, los cupones de la Petroleo, que le den un balonazo en San Antonio… De nuevo, el encadenamiento pasa del tipo, a las letras. Aprovecha cambios radicales en los ritmos para hacer un popurrí dinámico. “Volveré a encadenarme con un abrazo a ti”. “Queda encadenarse a otro tópico final, a lo que suelta mi cantar”. Aquí luce más la octavilla, “ay Cai, a este planeta qué le has dao que todo el que te pisa se queda encadenao”. Ojo porque con esta comparsa puede que no se quede encadenado a la semifinal.