Meta-carnaval

Bofetás gordas desde las tablas del Falla. Pastrana contra Pardo, Fernández contra Martín, Aragón y Rivero vs Martínez Ares; Morera contra la prensa y la crítica. Letras de consumo propio (algo que tampoco me molesta demasiado) pero que transmite la sensación de una fiesta y una ciudad dividida simplemente por el Carnaval.
Tino Tovar hablaba en LA VOZ de falta de respeto. El aficionado de a pie (no hablo del sevillano, sino incluso del viñero) no tiene por qué estar al tanto de los rencores y puñalás que existen en este mundillo. Pero también denota una cierta cobardía: es tan fácil como coger el móvil y espetarle a tal o cual las cosas a la cara, y así dejar para el repertorio letras un poco más trascendentales.
Lamentablemente, si ahora mismo ocupan casi la mitad de lo cantado, es porque surten efecto a nivel de Concurso. Que muchos de los autores son premios Nobel en estrategia carnavalera, dedicando más horas a la táctica que Floro y Sacchi juntos. Y saben que estas letras golpean al instinto sangriento del fanático, levantan el morbo de parte de la afición. Fuertes aplausos, y puntitos que se suman.
Por ello, la mejor manera de combatir aquellas letras que se consideran falta de respeto o no tienen ningún interés es la indiferencia.
Nada de palmas, que ya aplauden los fanáticos. Con este jarro de agua fría se podría paliar la fiebre de muchos carnavaleros enfermos de Carnaval. Lo malo es que aquí se aplaude todo. Hasta a la comparsa de Conil, que pidió que se guardase un minuto de silencio y callaran las palmas. Así no es de extrañar que nos endiñen cualquier cosa.