Más que un coro de Carnaval
La ovación nada más levantarse el telón del Gran Teatro Falla respondía a una puesta en escena espectacular. Era el primer impacto del coro ‘La Corte’, que no podía llevar otra firma que la de Luis Rivero. «Impresionante», gritaban desde el público después de una presentación que no dejó indiferente a nadie. Evidentemente, el coro de Rivero trasciende lo carnavalesco. Lo que resulta más curioso es que en una virtud radica precisamente la principal crítica de los detractores del autor.
Es obvio que lo que se ha visto esta noche sobre el escenario del Gran Teatro Falla no es Carnaval. Es más que eso. No lo puede hacer cualquiera. Requiere conocimientos históricos, artesanos de primer nivel, coreógrafos, conocimientos musicales y hasta una cantante de lírica. Por esta razón, este coro es diferente. No suena a lo mismo. Puede gustarle a cualquiera, sea o no aficionado al Carnaval porque, sobre todo, se mueve en la línea de musicales que triunfan en teatros de toda España.
El coro ‘La corte’ es perfectamente trasladable al plano artístico, si hubiera promotores interesados en hacer del Carnaval de Cádiz un espectáculo sin fecha de caducidad. Eso sí, mantiene la esencia del tango, que junto a los cuplés y el estribillo, sí que suena a los compases a los que estamos acostumbrados en este Concurso. De hecho, el tango puede ser de los mejores de la modalidad.
Quitando estas dos piezas, el autor aprovecha la presentación y el popurrí para desarrollar la idea que representa, eso sí, ajustándola a la misma en todo lo posible, tanto en música como en letra e interpretación.
Desde luego, el talento del autor y del grupo es innegable; ahora solo queda saber si el jurado está dispuesto a valorarlo, más allá de ceñirse al ámbito carnavalesco. El coro ‘La Corte’ representa el cambio de una generación que demanda otros atractivos y, sobre todo, que experimenta en otros registros hasta ahora desconocidos en el Carnaval. De hecho, el estilo dinámico y musical de Rivero cuenta ya con numerosos seguidores y también ha abierto el camino a otros autores, que están comenzando a adoptar su sello.
¿Esto es Carnaval?. Pues por qué no.