Las mejores chirigotas de los hermanos Carapapas

Desde 'Blancanieves' hasta 'Los pavos reales', pasando por el Comando P.U.P.A. y Los clásicos básicos, David y Javi Márquez Mateo marcaron una época en esta modalidad

Regresa la chirigota de los hermanos Carapapas, David y Javi. Los Márquez Mateo vuelven casualmente después de un viento de 13 años a la modalidad que les consagró en el mundo del Carnaval. La evolución ha sido tan marcada que parece haber transcurrido un siglo desde aquella banda del Tío Perete. En su desarrollo personal y creativo, han confeccionado una comparsa compleja, alejada de la sencillez de aquel grupo de ocho componentes que defendía el clasicismo a golpe de caja y bombo.

Esas chirigotas genuinas, completamente reconocibles, marcaron una época a finales de los 90 y los primeros años del siglo. Su sello de identidad: un precioso pasodoble añejo, rescatado de otros tiempos y entonado con un gusto insuperable; un humor sano, por momentos blanco, retorciendo las palabras para jugar con el doble sentido; y un gaditanismo verdadero impregnado en su ADN merced a la herencia de una saga que se remonta a su padre e incluso a su madre, componente de las míticas Molondritas.

Esta es una lista con sus mejores chirigotas, completamente subjetiva, porque los premios pocas veces han reconocido sus creaciones en su justa medida. Chirigotas inolvidables se convirtieron en célebres cajonazos y otras más modestas que aquellas sí tuvieron su hueco en la gran Final. Es también un ejemplo de las distintas etapas por las que pasaron sus autores durante doce años.

7.- Los extraterrestres (1998)

Los hermanos Carapapas iniciaron su andadura en la cantera con la chirigota juvenil ‘Dale, dale que no te engaña’ (1992), y saltaron a adultos con ‘Lo que quedó de la banda del Tío Perete’ y ‘El Rey Mauricio y sus fenicios’. Pero fue con estos extraterrestres con los que empezaron a enseñar todo lo que podían aportar a este Carnaval al confirmar las buenas sensaciones de ‘Blancanieves y los siete enanitos’. Eran los máximos defensores de la chirigota clásica, y compusieron un pasodoble que todavía se sigue cantando y forma parte de la antigua antología de las barbacoas del Carranza. Un penalización les impidió estar en la Gran Final.

6.- Los hijos del Lama (1999)

Salto galáctico, extrasensorial, para aterrizar en una chirigota que resultó crucial en su desarrollo. Y que sólo es un año después de ‘Los extraterrestres’. David y Javi amplían el grupo de ocho a doce, como permite el reglamento, e introducen la guitarra (hasta ese momento sólo iban a caja y bombo). Reivindicación que es su manera de quedar, de llegar, de perdurar. “No haré más castillitos de arena, porque se los lleva la marea”.

Es gran parte del grupo que se asienta en el siguiente lustro, con Laly, el Taka o el Pingüino. José Manuel Valdés también forma parte de la autoría de esta chirigota, que volvía a la Gran Final para quedarse con el cuarto premio. A su precioso pasodoble le unieron cupleses de altura.

5.- Blancanieves y los siete enanitos

Una de las grandes sorpresas de aquel año. Por primera vez, esta joven chirigota que cantaba el pasodoble a caja y bombo, como a mediados del pasado siglo, se colaba en la Gran Final. Ocho gaditanos que trasladaban a épocas pretéritas y que se ganaron las simpatías desde el principio. Sencillez máxima, perfectamente acogida por el público y la crítica. Un viaje al pasado y una elegancia inigualable.

4.- Don Quijote Concervantes y Colorantes (2003)

Con el tercer premio, es el galardón más alto que la chirigota de los hermanos Carapapa ha logrado en el Falla, después del cajonazo de ‘El Comando P.U.P.A.’. Inolvidable la puesta en escena, con el Batidora como Don Quijote, el burro y la rumbita propia de las chirigotas antiguas. Gran pasodoble y golpes de humor que le permitían dar el salto de calidad, ya que tanto en música como en afinación siempre tenían el sobresaliente.

Los autores explotan la obra de El Quijote en el popurrí (hasta donde permite el tiempo) y apuestan por contar una historia de principio a fin, en lugar de utilizar cuartetas sueltas, lo que es aceptado con mucho entusiasmo.

3.- Los clásicos básicos (2000)

Gran cajonazo a una de sus chirigotas más recordadas. Excelente de principio a fin con, probablemente, el mejor pasodoble de los hermanos Carapapas en esta modalidad. Le tomaron el pulso a los cuplés, cambiando las risas de los primeros años por auténticas carcajadas. Hay letras que han quedado aunque se quedaron sin Final por la extrema competencia de esos años.

Con la participación de José Manuel Valdés y la dirección musical de Vicente Lázaro ‘Laly’. “El efecto 2000 no me ha afectado a mí, ya veremos pal 3.000”.

2.- El Comando P.U.P.A.

Nada más abrir cortinas, ‘El Comando P.U.P.A.’ se perfliaba como una de las chirigotas aspirantes al primer premio. Y se quedó fuera de la final, ‘consolándose’ con el premio Cajonazo. Le pelea el título de mejor pasodoble a ‘Los clásicos…’. Precioso, de corte clásico como es habitual y la manera de tocar los temas tan habitual de su autor, elegante y crítico a la vez. Genial el dedicado al equipo amarillo.

Muchas risas en cuplés y popurrí. Cuentan su particular guerra en esta última pieza de manera magistral. Para apuntarse a un bombardeo.

1.- Los Pavos Reales (una especie en extinción) (2004)

Una chirigota histórica, en todos los sentidos. El elegante vals del inicio, contando la historia de la monarquía española, alcanza su cénit con uno de los mejores popurrís de la historia de la modalidad. Una lección de historia en la que repasan a todos los Reyes de España, desde Isabel y Fernando hasta el actual Felipe VI. Todo lo que cuentan sus majestades está basado en hechos reales.

La más aplaudida, aunque se tuvo que conformar con un sexto puesto tan injusto que hasta excepcionalmente le dieron el premio cajonazo pese a  estar en la final. Humor inteligente, utilizando el doble sentido en toda su extensión,