Las coplas asaltan las murallas del Pópulo

 

Corría el año 2005 cuando el departamento de Marketing de LA VOZ, dirigido entonces por Nacho Corral, le daba vueltas a una idea para potenciar la presencia de las chirigotas ilegales. Después de analizar varias opciones, «nos enteramos de que algunos empresarios del Pópulo también estaban pensando en algo parecido».

Fue el germen de Amoscuchá!, una concentración de agrupaciones callejeras -chirigotas o romanceros principalmente- que tiene como premisa el respeto por la copla, sus intérpretes, el entorno monumental y los vecinos.

«Aunque siempre puede aparecer algún patoso, la propuesta era escuchar con respeto, con los bares, y sus cuartos de baño, abiertos, con un público de una edad media algo mayor que no sale a emborracharse ni ensuciar, que quiere oir 20 agrupaciones en una noche, en un espacio reducido. Eso, antes, era impensable que pudiera pasar en cualquier calle. Ni sabías donde estaban ni podías escuchar tantas. Esa es la posibilidad que queríamos acercar», resume Nacho Corral.

Seis años después, la cita está completamente consolidada. La idea creció tanto y tan rápido que algunas ediciones han llegado a reunir 65 agrupaciones en el diminuto circuito de calles medievales limitadas por murallas y arcos.

Esta noche, el prodigio volverá a ponerse en pie. Ni siquiera la amenaza de lluvia frena las expectativas: «Ha llovido algún día casi todos los años y las agrupaciones se refugian en los bares o bajo los arcos. En esos escenarios todavía se pasa mejor rato», detalla el promotor original de la propuesta.

Amoscuchá! arrancará hoy con la primera noche de dos dedicadas a la copla salvaje, ilegal e indómita, sin reglas, normas ni concursos. El horario de máxima afluencia está previsto a partir de las 22 horas. A las dos de la madrugada, la organización invitará a los últimos grupos a marcharse porque una de las características fundamentales de esta convocatoria es hacer posible un equilibrio entre el disfrute del Carnaval versión Cádiz con el derecho al descanso de los vecinos.