La noche de una hinchada colorá

Ambiente de lujo para recibir a un jueves de Carnaval de verdad. Las taquillas colgaron el cartel de «No hay billetes» y el teatro se llenó muy pronto. Al inicio de la actuación del coro hubo más de una carrera para llegar a la butaca para no perderse ni un detalle. El nombre del Morera en la autoría era suficiente razón para no perderse su actuación, un coro divertido que consiguió transmitir su alegría y ganas de pasarlo bien durante todo el repertorio. Buena parte del patio de butacas los despidió en pie. Llegó la hora de la chirigota, una de las esperadas cada año. Con el nombre de ‘Los hinchapelotas’, Vera Luque presentó un grupo de hooligans que conectó desde que abrió el telón. No hubo golpe que no fuera vitoreado por todo el teatro, que terminó cantando su presentación tanto antes como durante el resto de la función. Sin duda, la sensación de la noche hasta que el Falla se puso colorao. Después de la comparsa ‘El marqués de Pacotilla’, que hizo un pase digno y la chirigota, ‘Desahogo en el Belén’, recibida desde gallinero con villancicos, llegaron los integrantes del grupo de Los Carapapa. La comparsa cajonazo del pasado año volvía a presentarse a este concurso con muchos problemas de última hora, con bajas y nuevas incorporaciones, que alimentó el morbo y las ganas de cachondeo de los aficionados. Los hermanos Márquez Mateos y sus ‘Los Duendes coloraos’mbres bordaron su repertorio, gustaron y dieron que hablar. Y a partir de aquí, la noche siguió su rumbo hasta que se durmió en la segunda parte de la función, ya que la estampida del respetable de la casa de los ladrillos coloraos resultó generalizada.