La cabalgata avanza a cielo abierto
La gran cabalgata del Carnaval gaditano ha estado precedida de una indeseable emoción. Las nubes que amenazaron durante toda la mañana descargaron un enorme aguacero entre las 16 y las 16.30 horas, justo cuando debía reunirse la comitiva para preparar la salida. Sin embargo, el chaparrón duró poco y dio paso a una tarde soleada. La amenaza de suspensión desapareció y todo transcurrió con normalidad. A las 17.30 horas se produjo la salida de las agrupaciones en comitiva, aunque sin las carrozas para los primeros premios, suprimidas sin previo aviso cuando en ediciones precedentes fueron anunciadas a bombo y platillo. Tras ellas, tras las agrupaciones vencedoras, comenzó una retahíla de máscaras y atracciones de todo tipo. Aunque la propuesta despertó las mismas críticas que todos los años desde el principio de los tiempos, este año se ha notado cierta mejoría estética en algunas de las carrozas, con especial mención para las representantes de otras localidades de la Bahía. También fueron celebradas, sobre todo por los niños, atracciones como un águila gigante articulada, el dragón chino o el cortejo de pavos reales (llegados de Benidorm) que casi cerraba el desfile. Apenas tres horas después de su salida desde Ingeniero La Cierva, las últimas carrozas llegaban al punto final de las Puertas de Tierra sin incidentes, sin excesivos parones y con una capacidad de convocatoria idéntica a la de años precedentes pese al prólogo lluvioso.