José Manuel Valdés «Lo escribí a las cinco en la servilleta del bar»
Cuando lo tengo, tardo cinco minutos en darle forma». A las seis
arrancaba la moto («desafiando al temporal») y lo consultaba con el
director Jacobo Lucena. «Estaba dispuesto. Ahora teníamos que convencer
a Felipe Marín y al músico (Manolo Guimerá), que se negaban al
principio».
«Que no, que vamos a ser los nuevos Pitorrisas», se escuchaba. «Es
mucho riesgo, ¿qué ganamos con eso?». Valdés no lo duda. «Hay que
arriesgar. Ganamos muchos puntos al jurado porque tienen que valorar un
cuplé de horas, y más en un coro que es más difícil cantar. El que da
primero da dos veces. También que hablarán de nosotros, y si pinchamos
pues nos entenderán».
Convencidos. «Vamos a ensayar». El autor sólo tiene elogios para su
coro. «Estoy muy orgulloso del grupo, que ya está acostumbrado a estas
locuras porque dejo muchas cosas para última hora. Ha entrado gente
nueva, la memoria está más fresca. Alguno de otros años no hubiera
podido cantar ni una frase, porque era totalmente nuevo, salvo tres
versos que ya estaban escritas». Empezaron a meter la letra en San
Antonio. A los que no estaban se la mandaron por correo electrónico.
Esos minutos antes de actuar en el Falla (a las 21 horas) sólo cantaron
el cuplé, y una vez el tango.
Llegó el momento de cantarlo. No hubo el temido mascamiento de
letra, y el grupo sonó como siempre. Prueba superada. Valdés respira y
se abraza a Felipe Marín, levantando el puño en señal de victoria.
«Perdí veinte kilos después de cantarlo, de los nervios que tenía».
El corista no podía estar más satisfecho. «Tenemos que apostar
fuerte para poder estar con los mejores», señala. Se acordó «de la
letra de Blancanieves sobre el incendio, y de la del Love a la polémica
de las radios. «¿Que he hecho historia? Puede que sea verdad, porque no
recuerdo una letra tan fresca. Ni lo había pensado. El día fue tan
largo que sólo pudimos abrazarnos de alegría». Teme matar de un susto a
algún componente, pero no podía desaprovechar este regalo que el
destino puso en sus manos. Y al que él dio forma.