Final COAC 2020 La Colonial. Antenas para sacar la cabeza
La potencia de voces del coro de Pedrosa retumba en un teatro con muchas butacas vacías
Como en la fábula de la cigarra y la hormiga, el coro de Pedrosa ha llegado a base de trabajo, de ir juntando un tango aquí y un cuplé aquí, en la Final. Ésta, debe ser, Cádiz la Colonial. Llegan con la acostumbrada fuerza de voces, una de las más potentes del COAC. Hay muchas butacas vacías en el teatro cuando arranca la presentación, pero peso no desanima a los insectictas coristas.
La falseta del tango suena con la misma personalidad que el primer día, como un cuentecito de bichitos con ecos de Cádiz sonando a lo lejos. En el primero, hablan del Concurso, donde “la familia carnavalera decide que pueda entrar quien venga para sumar”. “Cabe la tele, la radio y la prensa escrita”. Ellos se acuerdan de quien “limpia y clava las puntillas”. Eso sí, “hay dueños bajo su techo”, “esta es mi casa y mando yo”. Buen remate con “si guardamos entrada para los gaditanos que no se enfaden en Nueva York”. Porque la esencia del carnaval nadie lo compra “ni con derechos, ni con entradas, ni con dinero”. Se ponen en pie al terminar la pieza y quienes no se han ido a beber y a gritar al ambigú, se levantan a aplaudir. Antes del segundo, ponen un ramo de flores y una corona sobre el escenario. Está dedicado a las madres, esas reinas que toman “pastillas para la tensión” y para las que “no hay mejor calmante que que salgan los hijos del cole a las dos”. “Generosa como ninguna”, siempre está “cuando necesitas su hombro para llorar”.La verdad es que tampoco tenía sentido poner el ramo y la corona sobre el escenario. Pero ellos sabrán mejor por qué. En algunos momentos, la fuerza de voz, en el segundo tango, es excesiva y satura los oídos humanos.
En el primer cuplé, a los problemas con su señora hormiga. Ella “se ha puesto un piercing, y se ha puesto mechas en las atenitas” . Se ha buscado un succionador, “y no quiere ni pensar lo que está haciendo con el oso hormiguero”. Intersexualidad animal que, a la hora a la que cantan, es bienvenida. El segundo a la música. “Melendi canta lo mismo que yo recién levantado”. “Maluma no se entiende na creo que es tartamudo”. Chabelita, si pones su disco en la ventana… las palomas se dan la vuelta. Simpático, también. Dan paso por última vez a uno de los estribillos más pegadizos y de coro contagioso del Concurso.
En el popurrí, de nuevo lucimiento de voces. Como en el resto de pases, en ocasiones satura ligeramente los tonos tan graves que usan y esa potencia de voz. La despedida mucho más ligera y con un tonito algo más achirigotado es una muestra de que un poquito más de alegría el popurrí tampoco le viene mal.