El solar del Museo del Carnaval se convierte en el ‘parking’ de La Viña
Desde hace unos meses los vecinos del barrio de La Viña se han quitado una preocupación pero se han encontrado con otra. Para muchos se acabaron las vueltas en busca de aparcamiento. Han encontrado uno barato, tanto que no pagan ni un euro, en el solar de lo que en un futuro debe ser la Casa Museo del Carnaval. La otra cara de la moneda la viven los vecinos de las calles aledañas, que ven como cada día se concentra un buen número de vehículos en un recinto que no cuenta con ninguna medida de seguridad, con lo que cualquier incidente podría tener unas consecuencias insospechadas.
Esta situación se viene dando desde el pasado mes de marzo. Entonces se llevó a cabo el derribo del antiguo Instituto de Enseñanza Secundaria La Viña. Después de que se retiraran los escombros y la parcela quedara diáfana, el Ayuntamiento procedió a vallar el recinto a la espera de poder comenzar con la construcción del equipamiento. No obstante, la valla duró poco en su sitio. Algunos vecinos decidieron que este espacio era un buen lugar para dejar su coche y, desde entonces, cada día aparcan en el lugar decenas de personas, algunas, que incluso dejan allí su coche durante varios días sin moverlo.
La entrada de los vehículos se produce por una puerta abierta en la calle Jovellar. No hay vigilancia, con lo que no se paga por usar el espacio, pero tampoco hay ningún tipo de seguridad, y esto es justo lo que más preocupa a los vecinos de los bloques cercanos, puesto que, por ejemplo, un incendio en un vehículo tendría consecuencias muy graves para ellos. Desde la Asociación de Vecinos del barrio se quejan de la dejadez del Ayuntamiento, que hasta el momento no ha hecho nada por cerrar el improvisado ‘parking’. Eso sí, una vez consultados por el tema, aseguran que la Delegación de Mantenimiento Urbano volverá a colocar la valla.
La presidenta del colectivo reconoce que hay algunos vecinos que están encantados con poder aparcar cerca de casa a diario, pero sabe que no se trata del lugar adecuado. Catalina Cárdenas pide que «mientras no se construye el Museo quiten los coches y usen ese espacio para colocar juegos infantiles. No hay ningún sitio en el barrio para que los niños puedan pasar el tiempo jugando, aunque sea de forma provisional». Y mientras, nada se sabe del Museo del Carnaval, que ha caído en el limbo del olvido veraniego un año más.