El camino de las estrellas se afronta con humildad

Galácticos’, pero humildes. Gran parte de la ‘chirigota de las estrellas’ partía a eso de las dos de la tarde desde Sevilla en coche. El ambiente era familiar, ya que junto a los componentes de la agrupación formaban parte de la expedición algunas de sus esposas.
Los únicos que no acudían a esta cita eran los cuatro gaditanos del grupo. En la capital aguardaban Pepito El Caja e Ignacio, guitarra con Las Ruinas Romanas y El Bache. Desde la Isla llegarían Manuel y Monchi, el reconocido director deportivo del Sevilla.
El punto de encuentro en Cádiz capital era el Hotel Barceló. A esas alturas el ‘Moranco’ César Cadaval debía tener decidido el sitio donde almorzar, que al final fue El Faro.
Luego, a descansar, antes de bajar al vestíbulo a las siete. La idea era concentrarse media hora después en la peña de El Cascana, pero sus reducidas dimensiones llevaron a optar por el Bar Carrusel, cerca del Mercado de Abastos.
En la parada se vieron acompañados por personalidades políticas como Juan Ignacio Zoido, candidato del PP a la alcadía de Sevilla, o los ediles populares gaditanos Bruno García e Ignacio Romaní.
Allí estuvieron picando algo y maquillándose, antes de salir en pasacalles para el Falla, donde dieron las últimas pinceladas previas a su actuación después de medianoche.
Una alineación de gala
Catorce son los integrantes de esta chirigota de relumbrón. A manera de formación futbolística, de izquierda a derecha, figuraron por delante el periodista deportivo Fede Quintero, Monchi, Paco Lola (del grupo Albahaca), César Cadaval, José Manuel Soto y Pepito El Caja.
En segundo término se podía atisbar al isleño Manuel, a Rafa Almarcha (de Siempre Así), a El Marchena (conocido por su tema «¿Tú tienes perro ni ‘ná’?») y al también cantante Álex Ortiz.
La escasa experiencia de los cantantes (en Carnaval, a pesar de los miles de discos vendidos) se compensaba con la orquesta.  Todos habían pisado ya el Falla: el ya mencionado Ignacio, el otro guitarra y director musical, Toni, el bombista Pastor y Punchi, el caja.
Este último es de los verdaderos ‘jartibles’. Miembro destacado de la peña Los Caperucitos de Sevilla, cantaba con su coro el viernes, y  se quedaba a dormir en el Senator para el doblete.  El grupo aprovechó para encargarle que trajera la mayor parte del atrezo, con idea de que estuviera a disposición de los operarios del Falla a mediodía de ayer. 
«Estamos muy contentos con cómo nos ha salido en estos dos últimos días», respiraba Fede Quintero en el balance de los ensayos finales, en los que se concentraron en ver cómo harían el pasacalles y en decidir el repertorio.
«La primera sensación de la gente es la de quedar sorprendida, se nota que hemos ensayado», aporta César Cadaval. Para su desgracia no han podido hacerlo como otras chirigotas: mientras unos tenía que atender a compromisos y galas, Monchi no dejaba de moverse por Europa por su faceta deportiva. 
Las sensaciones antes de actuar eran ambivalentes: «Tenemos un poco de nerviosismo, muchísimo respeto, algo de responsabilidad, y sobre todo una humildad enorme», deconstruía Quintero los cuatro ingredientes básicos de su receta.
«Lo primero es un tremendo respeto hacia Cádiz», coincidía César Cadaval. «Para nosotros la preliminar es ya una final», confiesa con modestia todo un as del humor.
«Cosa de gaditanos»
César recalca que no acuden con ningún tipo de pretensiones económicas, y mucho menos de ganar: «El Carnaval es de los gaditanos, y de nadie más». De hecho, a él le sigue asombrando la imaginación, la forma de tratar los temas y la capacidad para combinar el humor y crítica profunda de la gente de Cádiz.
Porque ellos huyen de la etiqueta de ‘galácticos’, a la que oponen los cinco meses de trabajo con un solo objetivo: «Que la gente se lo pase bien». Como aval, un repertorio pergeñado por Lolo Seda, Julio Pardo (que ha hecho la música del cuplé), El Selu (el pasodoble) y, sobre todo, El Canijo, que se echó a cuestas la mayor parte del trabajo.