El botellón se apodera del carnaval
Algo está cambiando en el Carnaval de Cádiz. Muchos ciudadanos se quejan de que se ha convertido en un macrobotellón repartido por diversos puntos de la ciudad. Y no es para menos, ya que miles de jóvenes aprovechan estas fiestas para evadir la ley ‘antibotellón’ y, de paso, poder fumar mientras beben alcohol, algo que solo pueden hacer en sus domicilios o en los clubes de fumadores desde que entrara en vigor la nueva normativa contra el tabaco. La Pestiñada, la Erizada y la Ostionada celebradas el pasado fin de semana fueron una nueva prueba de ello. Los alrededores del Corralón se convirtieron en un improvisado botellódromo donde los jóvenes rememoraron tiempos pretéritos cuando se permitía beber en la vía pública.
Los que más sufren los efectos de estas celebraciones son los ciudadanos que viven en el barrio de La Viña y sus alrededores. Al margen de las molestias a la hora de dormir y de los ruidos, existen otras consecuencias directas como los cristales rotos de las botellas o el mal olor de las calles, debido a los orines. «El Carnaval se ha convertido en un botellón», afirmó ayer Blanca Marzán, presidenta de la AVV El Carmen-Mentidero. En ese sentido, añadió que «es una lástima, ya no es como antes. Ahora sales a pasear y te ves a muchos chicos de fuera preguntando dónde está la Plaza de España para irse directamente al botellón. No nos dejan disfrutar del Carnaval en la calle. A partir de las doce de la noche solo hay botellas y niños tirados por el suelo», se lamentó.
Catalina Cárdenas, de la AVV Gades-La Viña, también indicó que «esto es más un botellón que otra cosa. Se ha perdido la tradición, lo que era antiguamente el Carnaval. Antes la gente salía a tapear y escuchar coplas de Carnaval y ahora a los bares los que van son personas mayores». Además, mostró su resignación por el mal estado en el que se queda el barrio tras el botellón: «A esto no se acostumbra una nunca. Vas andando por la calle pisando cristales y orines. Recuerdo que antes se podía andar perfectamente y no había nada de eso. Todo viene de hace siete u ocho años hacia acá», apuntó Catalina.
El tema es controvertido. El botellón ha desvirtuado el espíritu del Carnaval y quizás el problema sea más profundo de lo que parece. La falta de ocio para los jóvenes en la capital gaditana puede ser uno de los motivos.
Ofrecer más alternativas
Marisa de las Cuevas, concejala del PSOE en Cádiz, apuntó ayer a este medio que «La Viña ha sido tomada por el botellón. Creo que se pueden ofrecer alternativas para atender todas las necesidades». Y apunta varias soluciones: «Hay que programar más actos, sobre todo de cara al Carnaval. Los jóvenes tienen que tener más alternativas de carpas e instalaciones», afirmó.
El líder de Izquierda Unida en Cádiz, Sebastián Terrada, dijo al respecto que «el Ayuntamiento no prevé este tipo de situación y debería arreglar el tema. Lo que no puede ser es que siempre nos encontremos con que un acto gastronómico como el celebrado en La Viña sea copado por el botellón», indicó.