El speaker de la cuarteta
Juanelo dice en una cuña de radio que el del Falla es un concurso de letras. Julio Pardo comentó en la revista de LA VOZ que «las letras, sin música, sólo son poesía». El jurado puntúa cada una de las piezas y el tipo. Entonces… ¿dónde caben esas intervenciones que cada vez proliferan más, sobre todo en chirigotas, entre copla y copla?
La polémica saltó en la madrugada del lunes, cuando Los pre-paraos sevillanos prolongaron su actuación casi el doble de lo normal por las intervenciones con las que en los parones ‘adobaban’ el repertorio, sobre todo el ‘Moranco’ César Cadaval y Pepito El Caja.
En su momento esta circunstancia ya generó polémica, especialmente a partir de la participación de Manolito Santander en 2008 en la introducción de un cuplé de La Orquesta Cádiz de Pastrana y Zamora en la final, cuando ya no sólo dirigió, sino que cantó parte de su pasodoble cadista. Dicha circunstancia hizo cambiar el reglamento, y ahora más de uno se muestra dispuesto a desempolvarlo.
El pionero en esta faceta ha sido de siempre José Guerrero Roldán ‘El Yuyu’. En un concurso que cada vez se ha ido normativizando más, Yuyu empezó a improvisar sobre todo a partir de dos chirigotas que dieron mucho juego: Los bordes del área y Los últimos en enterarse.
Con el paso de los años, la posibilidad de lanzar un chascarrillo para conseguir a cambio una de sus ocurrencias se ha convertido en ‘deporte nacional’ para el público del teatro. Tal extremo ha llegado a un punto que, posiblemente influido por la polémica de Los Pre-paraos, El Yuyu llamó a la calma al respetable en su pase de cuartos, ante la proliferación de interpelaciones.
El creador empieza a tener sucesores. El último en llegar ha sido Juan Antonio García ‘El Ardentía’. Su fama como ‘speaker’ veraniego de La Caleta trascendió las fronteras gaditanas. Su chirigota tira cada vez más de él, y en la fiesta de fin de curso que traen este año desempeña el rol de una presentadora-profesora que no cesa de incorporar ‘morcillas’ entre cambio y cambio de indumentaria del resto.
Los Carapapas también han contado con su concurso para dotar de un toque de humor a su actuación, algo poco habitual en una comparsa. Y para cuadrar el círculo, un coro; porque también forma parte de la presentación en el estreno en la modalidad de Luis Rivero.
Para algunos esta circunstancia que empieza a implantarse es una muestra de la ‘rapidez de reflejos’ del humor gaditano. Para otros, un elemento ‘cargante’, que distrae la atención de las coplas. Para ambos (y más) el debate está servido.
Devon Miles, o la versión callejera del fenómeno
El Carnaval callejero también tiene casos similares, como el de los Guatifó. Con el paso de los años, las habituales intervenciones de componentes como Devon Miles han ido adquiriendo una preponderancia casi a la altura de sus letras. Sus entradas se han transformado en verdaderos monólogos, aunque ‘la ley de la calle’ no es la del Falla. Allí no hay reglamento que valga. La libertad es tal que sus actuaciones no se ahogan con el ‘corsé’ de un guión que a veces estrangula la creatividad y otras da coherencia e identidad al Carnaval ‘oficial’. La vía está abierta, y se constata cómo la calle insufla aire fresco a una fiesta encerrada en el Falla.