Cuartos COAC 2020 Los pacientes, a toda velocidad
Fran Quintana deja la primera letra realmente crítica con Kichi del COAC
Valoración: AHÍ AHÍ
La joven comparsa de Fran Quitana se presenta en el teatro con este paciente que está impaciente por un Cádiz mejor. La presentación replica el crecendo de preliminares con similar potencia, partiendo del susurro y la tranquilidad a la reivindicación gritada, que no chillada.
Con los pasodobles llegan los sones añejos al ritmo de 3×4, con ese rasgar de guitarra característico de este año al que acompaña, como en coro, la segunda. En el primero de la tanda, a una madre con un niño con una discapacidad, “hoy al neuropediatra y aunque termine reventada no tira la toalla”. Cualquier pasito es para la madre “un día de fiesta”. frente a ella, amiga que mira con pena, “mi niño es mi vida y es lo más grande que tuve y tendré”. Bien el mensaje, pero se echa en falta un poco más de lirismo. La letra entra directa. Mucho mejor el segundo que, aunque mantiene la letra inmisericorde, realiza, ya era hora, una crítica directa al alcalde, José María González., Empieza con un “¿recuerdan a Sherofila, llegando a Kadi City, los furales, la rubia de bote. José María González es uno de los nuestros”. Palo para las agrupaciones que se quedan con lo anecdótico: “El farmatín son las orejas, es un recurso pobre”. Tras decir que “si soy de izquierdas no me complace la complacencia” hacen un repaso, con la velocidad del pasodoble y con la claridad de las voces, de los problemas de la ciudad: “están de pena los buses urbanos”, “la industria sigue muerta” o la despoblación, así como su “improvisación, dando bandazos”. A Quintana no le tiembla la pluma y dice que la suya es “la voz del que está en gallinero, no del que que está en palco municipal”. Largo aplauso a la que ha sido la única letra realmente crítica con el alcalde en este COAC.
Cuplés. El primero, a que con la moda de cantar en La Caleta “las caballas te echan atrás las letras”,. Los peces le dicen que lleva un mla repertorio y él les dice que “yo me iré al cajón pero tú vas a acabar frito y empanado”. En el segundo, pasean a un cachucho, en un acuario, a guisa de mascota. Le encantan los paseítos, “menos si pasamos por un freidor”. Cuando queda poca agua, hacen el gesto del pez tratando de respirar, “sólo quiere darme besitos”. Muy metidos al tipo los dos, mejor el primero que el segundo.
En el popurrí, vuelve a funcionar la especie de recitado que llevan en la primera cuarteta, en defensa tanto de la cultura, como de llamada al pensamiento crítico más allá de las redes sociales. En algunos momentos la comparsa suena un poco rápida, aunque está cantado de tal manera que el mensaje se entiende a la perfección. Está en la línea de las comparsas que optan por cuartetas que, sin renunciar a la denuncia, recurren al humor para no hacer la pieza pesada. En particular, en la cuarteta del “así, así”, llegan a recordar el soniquete de una chirigota. La despedida, es una de las más bonitas de la modalidad. “Háblame de amor y rompe este silencio con tu pasión”.