Cosas de la Final
Mi buen amigo Aldonzo: El viernes fue la Final y con ella el final de una parte del Carnaval de Cádiz que es la que, en definitiva, le da la personalidad que tiene.
Este año se ha recortado en cuanto al número de agrupaciones participantes; lo que ha permitido que gane en dinamismo y en calidad; por una consecuencia lógica: si todo está bien hecho y los que no están son los cuartos premios, la calidad se asegura. Lo malo es cuando los que queden fuera sean, a juicio del público, mejores que los que entren.
Si te decía arriba que el Concurso es lo que le da al Carnaval la personalidad es porque debes tener en cuenta que esta fiesta se distingue por sus coplas; y puesto que con la Dictadura no se acabó definitivamente con ellas y desde el año 1948 tenemos agrupaciones concursando, éstas han evolucionado de tal forma, que están sirviendo de modelos para otros carnavales en los que también se cante.
Pero ocurre una cosa; y es que esas coplas, aunque se presentan a un concurso, están pensadas para el Carnaval, es decir, para que se canten en la calle. Porque si el Carnaval no existiera, no existiría el Concurso. De la misma forma que si no existiera la Liga Profesional de Fútbol, no existiría la Champions Ligue; luego es una tontería cuidar mucho lo segundo y no preocuparnos de lo primero. De modo que no se entiende que para muchos el Carnaval sólo sea lo que ocurre en el Falla; y lo que deba ocurrir a partir de ahí sea cosa de otros. Son esos para los que una vez caído el telón ha terminado todo a no ser que sean contratados para actuar en determinados espectáculos.
Lógicamente, cada uno es libre de hacer lo que quiera y nadie debe obligar a nadie a otra cosa; pero se entiende mal que un grupo de personas que se encierra en un local de ensayo para preparar un repertorio, no lo utilice para pasar un Carnaval de forma distinta al resto de los mortales, es decir, en lugar de como sujeto paciente, como sujeto agente. Dando, en lugar de recibiendo. Mostrando a los espectadores el pequeño milagro de haber compuesto unas coplas y cantarlas. Pero así están las cosas aquí, Aldonzo; quizá por eso los cursis digan «carnavales», en plural, en lugar de «carnaval», como se ha dio siempre, porque existen dos.
Lo malo es que no están bien separados y se solapan. Es decir, que el Carnaval oficial comienza el día de la Final; y ese día, el único acto que hay es ése. De manera que, al estar anunciado ese día como de Carnaval y siendo fin de semana, la gente de la Provincia acude disfrazada y lo único que puede hacer es un botellón. Y dónde lo hace, donde hay más gente, es decir en los alrededores del Falla.
Pero no hay que asustarse: jamás en Carnaval ocurrieron en Cádiz cosas malas. Salud.
Este año se ha recortado en cuanto al número de agrupaciones participantes; lo que ha permitido que gane en dinamismo y en calidad; por una consecuencia lógica: si todo está bien hecho y los que no están son los cuartos premios, la calidad se asegura. Lo malo es cuando los que queden fuera sean, a juicio del público, mejores que los que entren.
Si te decía arriba que el Concurso es lo que le da al Carnaval la personalidad es porque debes tener en cuenta que esta fiesta se distingue por sus coplas; y puesto que con la Dictadura no se acabó definitivamente con ellas y desde el año 1948 tenemos agrupaciones concursando, éstas han evolucionado de tal forma, que están sirviendo de modelos para otros carnavales en los que también se cante.
Pero ocurre una cosa; y es que esas coplas, aunque se presentan a un concurso, están pensadas para el Carnaval, es decir, para que se canten en la calle. Porque si el Carnaval no existiera, no existiría el Concurso. De la misma forma que si no existiera la Liga Profesional de Fútbol, no existiría la Champions Ligue; luego es una tontería cuidar mucho lo segundo y no preocuparnos de lo primero. De modo que no se entiende que para muchos el Carnaval sólo sea lo que ocurre en el Falla; y lo que deba ocurrir a partir de ahí sea cosa de otros. Son esos para los que una vez caído el telón ha terminado todo a no ser que sean contratados para actuar en determinados espectáculos.
Lógicamente, cada uno es libre de hacer lo que quiera y nadie debe obligar a nadie a otra cosa; pero se entiende mal que un grupo de personas que se encierra en un local de ensayo para preparar un repertorio, no lo utilice para pasar un Carnaval de forma distinta al resto de los mortales, es decir, en lugar de como sujeto paciente, como sujeto agente. Dando, en lugar de recibiendo. Mostrando a los espectadores el pequeño milagro de haber compuesto unas coplas y cantarlas. Pero así están las cosas aquí, Aldonzo; quizá por eso los cursis digan «carnavales», en plural, en lugar de «carnaval», como se ha dio siempre, porque existen dos.
Lo malo es que no están bien separados y se solapan. Es decir, que el Carnaval oficial comienza el día de la Final; y ese día, el único acto que hay es ése. De manera que, al estar anunciado ese día como de Carnaval y siendo fin de semana, la gente de la Provincia acude disfrazada y lo único que puede hacer es un botellón. Y dónde lo hace, donde hay más gente, es decir en los alrededores del Falla.
Pero no hay que asustarse: jamás en Carnaval ocurrieron en Cádiz cosas malas. Salud.