Del Falla a la tele: ¿cómo es Onda Cádiz por dentro?

Ocho cámaras, cerca de 40 profesionales y una gran coordinación, claves para que todo salga bien

Todos sabemos cómo es lo que se ve de la retransmisión de Onda Cádiz durante el COAC. Se pone la televisión y aparecen Miriam Peralta y Enrique Miranda presentando a las agrupaciones y comentando qué ha pasado en cada pase. Con ellos, Laura Jurado y Pepito, el Caja, conectan desde bambalinas y patio de butacas. Durante Preliminares y Cuartos, cuando la agrupación surge en escena, van apareciendo las imágenes y el sonido de lo que cantan. Parece una labor fácil y, sin embargo, precisa de la coordinación de cerca de 40 personas entre operadores de cámara, técnicos de la unidad móvil, presentadores de radio y televisión, técnicos de sonido, producción, técnicos de exteriores, encargados de redes sociales, y Gerencia. Una maquinaria perfectamente engranada para que el Carnaval de Cádiz aparezca puntual en los hogares.

“Los presentadores somos la cara, pero esto es un cuerpo”, explica la presentadora Laura Jurado. En el cerebro podríamos situar la Unidad Móvil, en donde se produce la realización de la retransmisión. En un minúsculo habitáculo hay seis pantallas de televisión, tres monitores de ordenador, decenas de cables y muchos aparatos de medición de imagen y sonido. Dentro, el jefe re realización, Ángel Sanz, “el maestro de esta orquesta” (según Jurado) que, mientras en las pantallas aparece la comparsa Los carnívales, va indicando “al lobo, dos, uno, tres, arlequín, vamos…”. A su voz, va cambiando el plano en pantalla. Él decide qué se ve, a qué se enfoca y cuánto dura cada plano. Y mientras lo dice, no pierde ripio de lo que se canta por si hay que corregir.

Uno de los cámaras de Onda Cádiz.

“Una de las claves de que todo salga bien es la coordinación que tenemos, en eso ayuda que el 80% del equipo llevemos juntos desde que comenzaron las retransmisiones”, recalca Sanz que, en todo momento, mantiene que si las cosas salen bien “es por este fantástico equipo“. No es fácil: hay que decidir cuál de las cinco cámaras que enfocan a las agrupaciones (a las que hay que sumar otras tres en diversos lugares del teatro) es la que manda. “Estamos siempre atentos a lo que pueda pasar; para ir con ventaja, antes del pase nos reunimos todos para coordinar los momentos clave, los planos que pueden impactar más; además, nos ponemos en una pantalla el pase de preliminares con 20 segundos de antelación para prever qué cámara enchufar”.

“Nos lo curramos y creo que eso se nota y el espectador lo agradece“. Uno de los aspectos que más sorprende es el del manejo de la cabeza caliente (la cámara móvil que surge de uno de los palcos). Sanz explica que se precisan tres personas para manejarla.

Mientras hablamos, le llaman. Ha ocurrido un problema técnico. “Sí, vuelve a conectar. Ahora. ¿Entra? Sí, ya está”. Sanz explica que los incidentes se presentan a menudo, “pero estamos muy atentos para que el espectador no note nada“. También ocurre que, como en el segundo cuplé de Martínez Ares, se introduzcan cambios en el repertorio que descolocan al equipo. Sanz, delante de los monitores, apenas se inmuta “¿esto ha cambiado? Venga, dos, lobo, arlequín”.

“Los números corresponden a los cámaras. A veces decimos sus nombre, pero con los números vamos más rápido (hay planos de apenas 3 segundos). Lo de lobo, arlequiín… es por los tipos de los componentes, nos inventamos códigos para ir a toda prisa a la hora de enfocar”.

Las caras del Carnaval de Cádiz

Miriam Peralta y Enrique Miranda.

Si en Cádiz se le pregunta a algún aficionado por las caras del Carnaval, una de las que primero saldrían a relucir serían las de Quique Miranda y Miriam Peralta, que explica que éste es ya su duodécimo COAC. Reconoce que el trabajo es duro, “pero también es verdad que nos lo pasamos tan bien como parece“. Si la sesión comienza a las 20 horas, los presentadores tienen que estar a las 18 en el Falla para peluquería, maquillaje  (donde las manos de María Ragel son las protagonistas)  y vestuario.

Le preguntamos lo que tantos espectadores y responde: “La ropa a veces es mía y a veces me la presta alguna tienda de Cádiz, es una bonita manera de que se promocionen”. Antes de dar su pase ante las cámaras, tanto Miriam como Quique repasan las notas que tienen sobre las agrupaciones, sabedores de que su particular repertorio está sometido al constante escrutinio del espectador. “Hablando tanto puedes cometer pequeños deslices, pero siempre tratamos de corregirlos con rapidez; por redes sociales también vamos recibiendo muchos aportes”, detalla.

Lo que no ve el espectador es que tanto ella como Miranda escuchan constantemente las indicaciones técnicas (de Ángel Sanz) y el programa tal y como se va emitiendo. Es la manera que tienen de coordinarse e ir preparándose. Mientras habla, va escuchando indicaciones de manera constante. Lo que para cualquier persona sería una locura, ella lo lleva con naturalidad. “Te acabas acostumbrado, a veces estás haciendo una entrevista y, por gestos, respondiendo a los compañeros de detrás de las cámaras a cualquier cuestión”. Al contrario de lo que estamos haciendo con este reportaje, la norma es que “no se note nada de lo que hay detrás“.

Sobre cómo lleva la exposición pública, Peralta incide en que “va en el sueldo y es sólo un mes al año” pero, sobre todo, destaca el cariño que suele encontrar en la gente, que en ocasiones le convierte “en una especie de consejera carnavalesca”. “Pero hay cosas muy bonitas; hoy una niña de Carmona me ha dicho que en su colegio tenían que hacer una exposición y nos han tomado de referencia a Enrique y a mí, es muy emocionante”.

Laura Jurado, que este año se estrena en Onda Cádiz (pese a que lleva ya varios años cubriendo el COAC) subraya que al espectador le sorprendería conocer “todo lo que hay detrás de cada retransmisión, quienes aparecemos sólo somos una pequeña parte“. Ella es la encargada de ofrecer una pieza de cada agrupación entre actuación y actuación, para lo que tiene en cuenta “lo que a mí me gustaría ver, oír o saber como aficionada”. Y, por supuesto, las indicaciones que recibe por los pinganillos. “Ángel Sanz es el director de esta orquesta, pero en el equipo hay gente como Jaime, Diego o Laura, además de los compañeros de continuidad, que hacen posible que todo vaya bien porque aquí (y es algo que han repetido todos los que han intervenido en este reportaje) lo importante son las agrupaciones y, sobre todo, el espectador“.