El Dios Momo de la Cruz Verde
Antonio Martín echa de menos las coplas que "huelen a Cádiz"
Coplero con mayúsculas, Antonio Martín vive este año un Carnaval diferente ya que es la primera vez que no participa como autor en el COAC con ninguna agrupación. Muchos han sido los años en los que decidía no participar con su comparsa pero siempre dejaba su firma en los tangos del coro de La Viña, en las chirigotas del Carapalo, en la de Manolo Santander e incluso, de manera anónima, en alguna que otra comparsa. Sin embargo, quien ya fuera pregonero en el año 1997, sumará una nueva faceta en su palmarés como parte activa de la fiesta ya que este año será el encargado de encarnar nada menos que al Dios Momo por decisión de la Federación de Peñas. Un nombramiento que, en principio, le costó aceptar, pero “por la presión de mi familia y mis amigos” finalmente asumió y en estos momentos se encuentra en una vorágine de recopilación de coplas que volverá a regalar a Cádiz el próximo martes 13 de febrero.
Pero si hay algo por lo que el Carnaval de 2018 quedará grabado para siempre en su memoria será por haber sido la fecha elegida por el Ayuntamiento de Cádiz para dedicarle nada menos que uno de sus rinconcitos más preciados, la Plaza de la Cruz Verde, que pasará en las próximas semanas a lucir el nombre de Antonio Martín, el niño de la calle San Vicente. Con las emociones a flor de piel el autor rememora su infancia, el lugar donde jugaba, donde aprendió carnaval… y sueña ya con ese día en el que se inaugure el nuevo nombre, eso sí, “con la condición de que nunca se pierda el nombre de la Cruz Verde, porque mi nombre va vinculado a la Plaza de la Cruz verde, no la Cruz Verde ligada a Antonio Martín”. Todo un gesto de humildad.
Sobre el COAC 2018
Voz acreditada con creces para opinar sobre el concurso, señala que este año “hay mucha calidad. “Creo que estamos en buenas manos, lo que ocurre es que son otros tiempos y se eligen otras fórmulas musicales, que es donde yo discrepo, porque considero que se pierde un poco la copla que huele netamente a Cádiz”. Su veteranía le concede del lujo de poder hacer un análisis más que fundado de lo que se hace hoy en día en el Carnaval, y reconoce que “hoy se canta mejor que antes. Los chavales cada vez entienden más de música, hay maravillosos guitarras y muy buenas voces, pero todo eso hay que aprovecharlo. Cuando tienes el guiso y concluye la interpretación en el escenario oliendo a Cádiz, eso es miel sobre hojuelas. No hay que confundir lo que es una melodía con una copla” sentencia el autor.
Como pluma que ha vivido los tiempos de la dictadura afirma rotundamente que “a estas alturas nadie puede prohibir nada en el carnaval, el que piense eso está equivocado, y el que se moleste por una letra ahí están los juzgados para resolver el tema”. Eso sí, reconoce que “no todo el mundo tiene el mismo tacto para decir ciertas cosas, aunque no tengan ánimo de herir”. Recuerda que, en la historia del Carnaval de Cádiz, se han dado casos de denuncias que se han resuelto en los juzgados “si no que se lo digan a Javier Osuna que tuvo que defenderse en los tribunales por cosas que había sacado con su chirigota”. Pero al fin y al cabo “el carnaval es así y nosotros lo entendemos. Pero tan libre es el que hace una crítica cantada que el que se siente herido y decide presentar una denuncia” concluye.