Actuación de la comparsa La gaditanissima en cuartos del COAC 2019
VALORACIÓN: A SEMIFINALES DEL TIRÓN
Ramoni era el encargado de abrir la cortina para presentarnos una comparsa que desde la disposición se va al pasado. El autor no cambia las formas a la hora de decir las cosas, el grupo suena a lo que tiene acostumbrado en los últimos años, pero con un matiz, Juan Carlos busca diferenciarse llevando su música a tiempos pretéritos. ‘La Gaditanssima’ llegó con el soniquete inconfundible y con una presentación que sonó con mas fuerza que en preliminar.
Cuando Aragón meten las verdades en un pasodoble parece que estas retumban más fuertes. El no la esconde, la enseña pero la doma. Le da al verso ese aire literario para que la verdad sea incontestable. El primero al Carnaval y los ofendidos del siglo XXI. El segundo a Navantia y a los obreros. ‘La Gaditanissima’, como no podía ser de otra forma, trajo dos letras en defensa del gaditano. A los astilleros y las coplas de Cádiz.
La primera pieza es una defensa de lo que se canta en las tablas. Ellos lo comparan con la censura del nuevo siglo. El final es voraz para los que se ofendan, que quiten a Franco de la tumba y que se metan ellos. En el segundo le dan a aquellos que negocian y se hacen millonarios con las bombas mientras los obreros solo trabajan para ganarse el pan. “Bastante es la desgracia de vivir en esta sociedad” como para que alguno merme de culpa la conciencia de los trabajadores, dice en el segundo. Directo al cuello, aunque en la construcción, destacó más el primero.
En los cuplés están a años luz del resto en la modalidad. Ahí también se ganan premios. El primero a las pantalla LG. Se ve de lujo la televisión, dicen. Modric saca la mano, impide que la mujer se cruce, le da una calá al canuto y tira el penalti. Grande. En el segundo le cantan al New York Time. Que no digan nada más de Cádiz que aquí no se cabe. ‘Ajolá’ haga levante cuando vengan. Ya vera como hacen una chirigota y se cuelan en las tablas, rematan. Ambos cuplés, sobresalientes en el desarrollo y en el remate. Con el popurrí cierran una actuación que sube un peldaño más sobre el primer pase. El autor va afilando las letras y la lucha exigirá que vayan a más. Se va a poner esto bonito.