Los sirenitas
ACTUACIÓN EN CUARTOS DE LA CHIRIGOTA LOS SIRENITAS
VALORACIÓN: AQUÍ SE QUEDA
Conscientes de que el pase a semifinales está apretadísimo, tiraron de parodia en la presentación, introduciendo algunas referencias concurseras para intentar incrementar sus posibilidades. También remozaron varias cuartetas del popurrí con detallitos frescos no del todo bien desarrollados que cuajaron más bien nada.
Se pasaron de frenada en el primer pasodoble, en el que piden que se queme en la plaza del pueblo a los pirómanos que descubran con las manos en la masa. En el segundo, un niño prefiere que el padre se quede en casa aunque no puedan vivir con lujos a que se vaya a trabajar fuera.
Volvieron a recurrir a los dos comodines del concurso en los cuplés, Pacoli y Andreíta. En el primero, con mascamiento, al hilo de las denuncias de Andreíta, si a Paquirrín le da por informarse, con todo lo que se le ha cantado va a haber que ponerle el Falla a su nombre. En el segundo, Pacoli, el Junqueras de cuartos, es el hijo del Pájaro Jaula de Hacienda.
El popurrí no consiguió levantar los ánimos de un público ya muy cansado y parece que el pase a semifinales, después del apretón del resto de competidores, va a estar muy complicado.
FOTOS: Pase de Cuartos de Los Sirenitas
ACTUACIÓN EN PRELIMINARES DE LA CHIRIGOTA LOS SIRENITAS
VALORACIÓN: APTO
El tipo de conductores de ambulancia, sobrio como corresponde a una chirigota de corte clásico como la de los Molina, les dio poco juego para hacer reír en la presentación, más allá del efecto visual de la iluminación de las sirenas que llevan en el sombrero.
El pasodoble, que repite en su estructura una fórmula de éxito que empieza a dar síntomas de agotamiento, no consigue emocionar como otras creaciones anteriores. Quizá en la receta para conseguir el pellizco un ingrediente fundamental sea la espontaneidad. Se presentan con una emotiva letra en la que Manolo Benítez Molina rememora el accidente automovilístico que lo tuvo al borde de la muerte el pasado año, y cómo consiguió aferrarse a la vida para coger la guitarra y volver a cantarle a sus niños. Se agradece apuesta del grupo por apartarse de la temática carnavalesca que es su santo y seña en el segundo pasodoble, que dedican a la víctima de la manada. La animan a salir a la calle y ser feliz mientras sus agresores se pudren en la cárcel.
No cuajaron los cuplés, que se limitaron a cubrir el expediente. Van a socorrer a Puigdemont, al que le ha caído una maceta en el coco, en el primero. Ellos van a curar a la maceta. El remate, al repetir el mismo esquema, perdió efectividad: como la chirigota de los verdugos iban a cortarle la cabeza, ellos van a desinfectar el hacha para que no se pudra. En el segundo, que tampoco funcionó del todo, ligaron con una chavala que resultó ser Chiquetete. Últimamente el de la Puerta de Toledo se está convirtiendo en el comodín cuando se tienen dificultades para terminar un cuplé.
El popurrí, muy movido y con buenos golpes, encontró la complicidad de un público entregado que los despidió al indeseable grito de campeones, campeones.
FOTOS: chirigota ‘Los sirenitas’ en el COAC 2018 del Carnaval de Cádiz.