BASADO EN UN HECHO REAL...por Juan José Téllez

El día que los cuartetos entraron en el Falla

Por  8:40 h.
El día que los cuartetos entraron en el Falla

Para que luego digan, Maicol, que el Carnaval no es literatura. Mucho antes de que vosotros llegárais de Rota y de la Facultad de Filología a revolucionar el cuarteto, El Peña y El Masa ya se inspiraban en nuestros clásicos. Dos años antes de que la guitarra flamenca de Paco de Lucía irrumpiera por primera vez en el elitista Teatro Real de Madrid, el cuarteto hizo lo propio en El Falla. Hasta entonces no existieron oficialmente. Corría 1973 y al Lute lo detenían en pleno Concurso para inspirar a los letristas. Patricia Shoendorff, reina de las Fiestas Típicas, no podía imaginar que su abuelo Luis Carrero Blanco fuera a ser asesinado a finales de aquel año. Por aquel entonces, triunfaba  el ‘Un, dos, tres’ en TVE y la Unidad Popular en Chile, hasta que llegara en septiembre el Tío del Saco, Augusto Pinochet, con las rebajas de la democracia y la inflación de las masacres. Mientras nos quedábamos sin pablos en el mundo, como diría Alberto Cortez en memoria de Neruda, Picasso y Casals, el cuarteto del Peña y del Masa reinó en la catedral colorada.
Qué año, carajo. El del duelo a muerte de ‘Estampas Goyescas’ de Paco Alba y de ‘Capricho Andaluz’ de Antonio Martín. Y cinco cuartetos a bordo, con un repertorio en construcción en un concurso que aún no tenía reglamento. Allí estaban ‘Los nietos de Goya’, de Ortega, ‘Los niños de la miga’, del Carota, ‘Los cuatro vagos de la construcción’, de José Paramio o ‘El feo, el bueno, el malo y el brigués’, del Chimenea, que ese mismo año sacaba ‘Los tunos tunantes’ y recibía el antifaz de oro. Y también, claro, ‘Don Mendo y sus mendas lerendas’, de Manuel Rosales Romero ‘Agüillo Hijo’, con El Peña, El Masa y los  hermanos Scapachini. Se llevaron  el primer premio y el gato al agua.
Agüillo Hijo se inspiró en ‘La Venganza de Don Mendo’, de Pedro Muñoz Seca, una astracanada cuyo estreno teatral fue en 1955 pero que había tenido un gran éxito a partir de una versión que TVE había emitido a través de su espacio ‘Estudio 1’, el 29 de septiembre del año anterior. Figúrate, que entonces no había más que dos canales y en Cádiz sólo se veía uno. Y no hacían falta audímetros porque toda la   gente hablaba al día siguiente en los bares de lo único que habían podido ver la noche anterior: «Que pechá de reír», decían albañiles o catedráticos en el café matutino. Gustavo  Pérez Puig, naturalmente, había dirigido aquella celebrada función, con un reparto de campanillas: Tony Leblanc, Genma Cuervo, Fernando Guillén un reparto que completaban Manuel Alexandre, Mari Carmen Prendes, Antonio Ozores, Luisa Sala y Ana María Vidal. Pero lo del cuarteto fue un pelotazo y ya no hubo marcha atrás para el género, ya sean cuatro, sean cinco o sean tres como erais vosotros, Maicol. El Peña ya había salido con Villegas, diez años antes en ‘Los dandys negros’, pero nada volvería a ser igual. Aquello fue el principio de una larga amistad con la gracia que le llevaría a ‘Don Juan Tenorio y los que fueron al velatorio’ de 1975, ‘Grandes Relatos’ –«No me tires bocadillos de jamón que me                puedo mosquear– en 1981, ‘La Boda del Siglo’ en 1982, o ‘Tres notas Musicales’ en 1991.
Pero lo de Don Mendo fue histórico por partida doble. Tanto es así que una productora cachonda tiene colgado en youtube una versión cinematográfica que aprovecha secuencias de ‘Los caballeros de la tabla cuadrada’ de los Monty Python para ponerle la banda sonora de aquel cuarteto. Un homenaje de película. Cualquier día de estos, lo mismo te veo con la jeta de Gary Cooper en ‘¿Por  quién doblan las campanas?’.