Con un Teatro lleno a rebosar y ansioso de escuchar coplas, esta
orquesta ha causado impresión por su enorme potencia, su gran calidad y
la calidad de un tango gaditano a más no poder.
Se veía venir, y se sabía, para qué vamos a engañarnos. Un año más, el coro de Fali Pastrana y Kico Zamora ha brillado a un nivel excelente. Voces potentes, afinación perfecta y puesta en escena con director de orquesta incluido, han encadilado a un público que ha disfrutado con unos tangos preciosos, cantados con un gusto exquisito. Una apuesta arriesgada, con la inclusión, cada vez más habitual por otra parte, de instrumentos poco habituales y una entradilla a la ronda de cuplés que ha dejado un tanto desconcertado al público, que no sabía si aplaudir, esperar o callar.
El primer cuplé, dedicado a Fernando Alonso “como no cambies el carácter no vas a llevar ni un coche de caballos”, con un estribillo que va de menos a más. El segundo, para José Luis Moreno. Aquí ya el público se ha arrancado por palmas y ha acompañado a la agrupación durante el estribillo.
El popurrit, en la línea del resto de la actuación: mucha potencia de voces, coreografía vistosa y una afinación portentosa, aunque con pequeños deslices en las sincronías de las voces, acompañados de toques de trompeta, que ayudan a que escuchar este coro se convierta en todo un placer para los sentidos, hasta el punto de hacer estallar en palmas al patio de butacas antes de terminar: “me muero por cantarte, tacita tan hermosa, me muero por amarte, decirte que te quiero…”
Un año más, un gran coro.
orquesta ha causado impresión por su enorme potencia, su gran calidad y
la calidad de un tango gaditano a más no poder.
Se veía venir, y se sabía, para qué vamos a engañarnos. Un año más, el coro de Fali Pastrana y Kico Zamora ha brillado a un nivel excelente. Voces potentes, afinación perfecta y puesta en escena con director de orquesta incluido, han encadilado a un público que ha disfrutado con unos tangos preciosos, cantados con un gusto exquisito. Una apuesta arriesgada, con la inclusión, cada vez más habitual por otra parte, de instrumentos poco habituales y una entradilla a la ronda de cuplés que ha dejado un tanto desconcertado al público, que no sabía si aplaudir, esperar o callar.
El primer cuplé, dedicado a Fernando Alonso “como no cambies el carácter no vas a llevar ni un coche de caballos”, con un estribillo que va de menos a más. El segundo, para José Luis Moreno. Aquí ya el público se ha arrancado por palmas y ha acompañado a la agrupación durante el estribillo.
El popurrit, en la línea del resto de la actuación: mucha potencia de voces, coreografía vistosa y una afinación portentosa, aunque con pequeños deslices en las sincronías de las voces, acompañados de toques de trompeta, que ayudan a que escuchar este coro se convierta en todo un placer para los sentidos, hasta el punto de hacer estallar en palmas al patio de butacas antes de terminar: “me muero por cantarte, tacita tan hermosa, me muero por amarte, decirte que te quiero…”
Un año más, un gran coro.