Una noche con más oscuros que claros

La segunda jornada del Concurso termina marcada por la poca afluencia de público, el retraso en el horario previsto y la excesiva rigidez de las nuevas normas para los informadores

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La segunda jornada de la ronda preliminar ha pasado sin pena ni gloria;
y si me apuran, con más de lo primero. En primer lugar, por la
decepcionante entrada registrada, bastante menor a la de ayer, a pesar
de que la sesión la ha abierto el coro de la Viña, que tradicionalmente
arrastra muchos incondicionales. La presencia de dos chirigotas
señeras, como son la Viñera del Gálvez y la del Selu, también hacían
presagiar una mejor respuesta de Cádiz, aunque al final los horarios,
la duración de la sesión y el poco atractivo del resto de los grupos
han podido más.
Ya dije ayer que lo de los horarios es de locura. La gente trabaja y no es normal que las sesiones se prolonguen hasta las 3 de la mañana. Esta situación se repite año tras año y es un problema que no parece que interese abordar, a tenor de la dejadez de todas las partes en liza. A lo mejor, la forma de captar el interés de la organización es plantear el asunto de otra manera. Quizás si en lugar de decirles que hagan algo en pos de la comodidad y el bienestar del aficionado, se les dice que optimizando los horarios se venderán más entradas y por tanto habrá más dinero… se tomen más interés.
Por otra parte, las nuevas normas impuestas por la organización en materia de ubicación de los medios de comunicación, las restricciones en las zonas de circulación y otras medidas de este corte, parecen un tanto exageradas, sobre todo por el celo con el que se aplican. Precisamente hoy me ha ocurrido algo un tanto surrealista a mí y que sirve como muestra de lo que digo. Resulta que cuando iba a salir del Teatro para venirme a casa, me preguntó uno de los porteros me preguntó que si yo estaba cubriendo el concurso, al verme con el maletín del ordenador y la cámara colgados del hombro. Le contesté afirmativamente, y entonces, para mi sorpresa, me dijo que no podía salir por la puerta principal, sino que tenía que dar toda la vuelta para hacerlo por la trasera. En un principio pensé que era broma, pero nada de eso. Por no discutir, me di media vuelta y me marché.
En el lado positivo, parece que por fin se ha llegado a un acuerdo, previa mediación de Autores (los nuevos grandes señores del Concurso) y Onda Cádiz retirará la cámara que tiene en el escenario, que además de innecesaria resulta peligrosa para aquellos que están en él, además de dificultar la visión del público. Las condiciones de trabajo de Onda Cádiz respecto a la del resto de los medios es otro de los temas que me apetece comentar, pero no lo voy a hacer por respeto a los magníficos profesionales que trabajan en la televisión o radio municipal, y que día a día dan lo mejor de ellos mismos para desempeñar su labor.
En el apartado puramente carnavalesco, me ha gustado mucho la chirigota del Selu, por su inconfundible sello y su agudeza. El coro de la Viña, me ha sorprendido agradablemente, sobre todo por la potencia de sus voces. Ojalá estemos asistiendo al renacer de la histórica agrupación de La Salle.
Esperemos que mañana mejore la cosa.