Sólo han faltado los bises

La Orquesta Cádiz ha levantado el telón de la segunda parte de la sesión con una magnífica actuación a la que sólo le han faltado, como si de un concierto de verdad se tratara, los bises

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Impresionante es la palabra que mejor define la presencia de este coro
en el escenario. Muchísima potencia en las voces, afinación perfecta y
para colmo una música y unas letras magníficas. ¿Qué más se puede pedir?
Sin desperdicio desde la presentación “…aquí está Cádiz…” hasta el final del popurrit, destacando por encima de todo los dos tangos, sobre todo el primero, dedicado a los hermanos en general y al vínculo tan fuerte que los une, por lo que si hace falta se les da “los riñones y el corazón”. Esta letra cobra mayor importancia si se tiene en cuenta que uno de los autores de la agrupación, Kiko Zamora, ha recibido recientemente un trasplante de riñón, que le ha donado su hermana. El segundo tango, también muy conseguido, está dedicado a Cádiz, explicando las dos caras de la ciudad, “la del sol y la luna, la del infierno y la gloria, la del olvido y la gloria”, para terminar diciendo “la por todos olvidadas, pero la novia del mar”.
Buenos también los cuplés, aunque se valoran menos después de las dos impresionantes letras del tango.
Para terminar, otra exhibición en el popurrit.
Uno de los grandes favoritos, sin duda.