Del ártico a la Caleta

El público aprueba la actuación de estos pingüinos inmigrantes

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Buena acogida la que ha tenido esta tierra con estos Inmigrantes del
polo, que han llegado a la Caleta por el calentamiento global, aunque
desde luego ni con frío; más bien lo contrario, subiditos de tono.
Ya desde que se ha levantado el telón del Falla, esta chirigota, muy metida en el papel, ha comenzado a hacer tipo imitando los andares de los pingüinos, lo que ha calentado al público que les ha aplaudido desde el principio.
Ritmo muy chirigotero, aunque faltos de ingenio en las letras, que recurren en exceso a lo subido de tono y lo malsonante. En cualquier caso, el público ha disfrutado de ellos y les ha acompañado con palmas y “oles” durante buena parte del repertorio.
Después de una graciosa presentación, en el primer pasodoble, de presentación, además de contar su historia, han aprovechado para piropear a Cádiz. En el segundo, han querido tener un recuerdo para el castillo de Puntales, olvidado siempre en detrimento de los de Santa Catalina y San Sebastián.
El primer cuplé, dedicado a las lluvias extrañas que ha provocado el cambio de clima, con un final escatológico y un poco desagradable, aunque el estribillo ha gustado mucho. El segundo, tampoco ha sido gran cosa, aunque el público ya ha coreado el estribillo, que termina diciendo “porque sólo bebemos licor del polo”.
Estos pingüinos han sabido atacar con el popurrit el lado más sensible de la gente, y con ello han arrancado palmas y vítores, eligiendo músicas de Paco Alba y aludiendo al Cádiz.
En definitiva, han gustado, aunque por momentos suenan excesivamente vulgares. Pero cada uno es como es.