Falso directo

El Duque del Guano

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Del sonido de que dispone Canal Sur no voy a hablar porque ni soy técnico ni sé de las interioridades técnicas de esa empresa. De la elección de los presentadores tampoco debo opinar puesto que la empresa tiene perfecto derecho a poner ante las cámaras a aquellos profesionales de que disponga para los cometidos que tenga que poner en práctica.

En lo que sí me voy a meter, puesto que tengo derecho como aficionado, gaditano y andaluz, es en el engaño que supone el anunciar una cosa y que luego nos den gato por liebre. Y tampoco en este caso me voy a meter con Canal Sur porque creo que la cadena tiene derecho a hacer, con un producto que compra, lo que le venga en ganas. Es más, considero que es un producto bastante caro como para tener que planificar, concienzudamente, de qué manera venderlo para que sea lo suficientemente rentable. En eso se basa cualquier negocio: tú compras un producto y estudias cómo y a cuánto lo revendes para que te deje el máximo beneficio; y de ese estudio depende si el negocio sigue en pie o se hunde. Fácil ¿Verdad?

¿Quién, entonces, tiene la culpa de todo esto? el Ayuntamiento; cuya delegación de Fiestas no existe y que sigue aferrado al populismo de conceder todo lo que se le pide por el maldito miedo a perder los votos del mundo del Carnaval y por el temor a que los autores empiecen a dedicarle coplas.

El Ayuntamiento hizo demasiado caso a las asociaciones de autores, coristas, artesanos y no sé cuántas más y, a estas alturas, se le ha ido de las manos el control de una fiesta que pertenece a la ciudad, no a unos autores. Quien quiera participar en el concurso, que lo haga bajo las directrices que marque la corporación o que no lo haga; aquí nadie es imprescindible. Los participantes que se ocupen en fiscalizar los dineros que les corresponden por derechos de imagen y de autor y se acabó. Los posibles contratos con las cadenas de televisión deben pasar sólo por el Ayuntamiento; y es éste quien tiene que firmar acuerdos que sean ventajosos para los ciudadanos (no sólo para los autores) y supervisar que dichos contratos se verifiquen en todos sus apartados y términos. Que no se vaya el delegado de Fiestas a Montevideo y que cuando vuelva ya nada tenga arreglo.

Mañana será otro día.